| Por la declaración de Boudou

Satisfacción en la Quinta de Olivos

La evaluación que se hizo fue que la declaración del vicepresidente fue coherente. De todos modos, generó inquitud su intención de ampliar su declaración con consideraciones políticas.

Hubo satisfacción con la declaración de Boudou.

Hubo satisfacción con la declaración de Boudou.

Anoche las luces de “la Jefatura” en la quinta de Olivos estuvieron encendidas hasta tarde. Así hacen referencia, en el entorno presidencial, a un chalet que se encuentra de camino a la residencia en el cual Cristina Kirchner organiza sus reuniones de trabajo. Estuvo allí hasta pasadas las once de la noche junto a Carlos Zaninni y Eduardo “Wado” De Pedro. Hablaron con Amado Boudou por teléfono y repasaron la declaración indagatoria.

Las señales que partieron de ese encuentro nocturno hacia el interior del Gobierno fueron positivas. La declaración del vice fue coherente y Zanini disfrutó que Ricardo Echegaray haya quedado, por el momento, en una situación incómoda.

El núcleo duro del kirchnerismo celebra que la causa gire hacia los financistas que hicieron posible que un monotributista como Alejandro Vandenbroele se quedara con la calcográfica. El empresario Raúl Moneta siempre fue cercano al Gobierno más por conveniencia que por afinidad ideológica y el banquero Jorge Brito está cada vez más crítico de la gestión económica (y financia a Sergio Massa). En este aspecto el temor es que en las indagatorias que quedan hasta el viernes sea señalado algún buen amigo de los que nunca faltan en el establishment, como por ejemplo, algún directivo del Grupo Telefónica.

A fin de cuentas, Moneta fue el único que admitió haber aportado fondos a Ciccone y dijo que puso menos de la mitad de los 50 millones, ¿De dónde salió el resto?

El aire cordial y de respeto que tuvo Boudou en la indagatoria fue leído como un acierto, especialmente por el hecho de que, como decía ayer Zaninni, poder dejar “pagando” tanto a Clarín como a La Nación, que durante tres días apostaron por una indagatoria de alta densidad política.

En el Gobierno creen que después del viernes el expediente perderá velocidad. Lijo se tomará semanas para analizar las indagatorias, ordenará nuevas pericias y luego recién habría una nueva ronda de citaciones ya en el sentido de la ruta del dinero.

Así, dan por descontado, se irá el año. Esta expectativa se basa en los compromisos del juez, y de su hermano Alfredo, abogado con algunos de los señalados, como es el caso del banquero Brito.

Sólo hubo una sombra ayer, una mueca casi mínima: la promesa de Boudou de que volverá a ampliar su indagatoria para contar ciertas “responsabilidades políticas”. Esto genera algún resquemor en el kirchnerismo, puntualmente entre dos hombres que van por la presidencia: Daniel Scioli y Florencio Randazzo.

Boudou fue explícito en su intención cuando habló con los periodistas en la escalinata de Comodoro Py: dijo que había dado explicaciones técnicas y jurídicas sobre el caso y que las explicaciones políticas las daría en otro momento. No precisó cuándo sólo dijo que pronto pediría ampliar su declaración indagatoria.

El temor es que entonces se le suelte la lengua. Pero todo dependerá de las circunstancias judiciales y políticas. Pero aún falta para ese momento crucial llegue a plasmarse en las páginas del expediente más conflictico que se tramita en la Argentina.


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