| Dolores

Santoro tiene que prestar declaración indagatoria por sus operaciones con D´Alessio

El juez Ramos Padilla lo convocó para el 25. Su indagatoria había sido pedida por una de las querellas.

El periodista Daniel Santoro

Santoro rechazó los cargos.

Hace dos meses, una de las querellas que interviene en la causa sobre espionaje ilegal, lavado de dinero, extorsión y direccionamiento de causas judiciales le había pedido al juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, que citara al columnista de Clarín, Daniel Santoro, al considerar que era parte activa de la organización y no sólo un periodista que se nutría de los aportes del falso abogado Marcelo D´Alessio.

Dos meses más tarde, el magistrado resolvió llamar a indagatoria a Santoro para el martes 25 de este mes, a las 11, al considerar que el pedido de la querella que representa a Pedro Etchebest, el denunciante víctima de una extorsión que dio origen a la causa, tenía fundamentos para Santoro declarara como imputado y pudiera defenderse de las acusaciones que pesan en su contra.

“Se ha corroborado prima facie no sólo el vínculo de conocimiento y confianza que mantenía con Marcelo D´Alessio, sino su participación y su aporte en las actividades ilegales que llevaba adelante la organización delictiva investigada. A diferencia del caso de otros periodistas vinculados a D ´Alessio, el imputado no sólo se nutría de la información que le proveía la organización, sino que habría tenido conocimiento de las actividades de espionaje ilegal que desarrollaba, sus métodos y contribuía al desarrollo de los planes ilícitos que llevaba a cabo la organización”, sostuvo el juez en su resolución.

“La articulación premeditada y específica entre los mecanismos intimidatorios y extorsivos de Marcelo D´Alessio con las notas periodísticas y participación televisiva de Daniel Santoro su carácter de panelista del programa Animales Sueltos y en sus notas publicadas en el diario Clarín, dan cuenta de un engranaje sincronizado a los efectos de consumar la extorsión y la reacción intimidatoria en la psiquis de los declarantes”, dijeron los abogados de Etchebest, al reclamar la indagatoria del periodista.

“Es evidente que dicho engranaje fue el dispositivo a los efectos de extorsionar a mi ponderante y que en función de la gravedad institucional de los hechos que se investigan en autos, la extorsión es parte de una estructura delictiva en la que cumplía un papel preponderante a los efectos de la intimidación el periodista Daniel Santoro”, abundaron los abogados al fundamentar el pedido de indagatoria.

Según las pruebas que se fueron reuniendo en el expediente, en sus mecánicas de ablande, D´Alessio hacía gala de la buena relación que mantenía con Santoro y apretaba a las víctimas con el argumento de que si no hacían los aportes requeridos (monetarios o judiciales) se exponían a un escrache mediático con publicaciones en el diario o en el programa Animales Sueltos, donde Santoro era columnista hasta que estalló el escándalo y fue desvinculado.

Justamente, el conductor del ciclo de América, Alejandro Fantino, y una de las columnistas Romina Manguel, fueron unos de los primeros periodistas en declarar como testigos, porque se sospecha que fueron objeto de espionaje. También declaró otro periodista del mismo canal, Rolando Graña, quien relató sus vínculos con D´Alessio y aportó datos sobre operaciones que habría llevado adelante.

“El vínculo estrecho y de mutua colaboración con las actividades de espionaje ilegal se puede percibir a partir de los aportes materiales que habría brindado, en el caso de Gonzalo Brusa Dovat, en el que no sólo habría tenido conocimiento de los métodos intimidatorios y coactivos que fueron ejercidos sobre el ex Director de PDVSA Argentina para que brindara una entrevista en el restaurant Sarkis, sino que su actividad habría estado encaminada a la continuidad del plan pergeñado para que, en contra de su voluntad, Brusa Dovat finalmente formulara una denuncia penal con un contenido direccionado en la Fiscalía Federal del Dr. Carlos Stornelli”, dijo D´Alessio al referirse algunas de las colaboraciones de Santoro con la banda imvestigada.

D´Alessio dijo que fue un colaborador clave de Santoro para la escritura de un libro en el que se refirió a supuestas maniobras de corrupción en la importación de Gas Licuado. A partir de la publicación de ese libro D´Alessio declaró al menos en dos oportunidades como testigo en esa causa que lleva adelante el juez Bonadio junto al fiscal Stornelli, imputado también en la causa de Ramos Padilla y ausente tras ser citado cinco veces a indagatoria.

En una nota publicada hoy en Clarín, Santoro dijo: “Niego terminantemente haber participado de actividades de espionaje ilegal. Mi llamado a indagatoria supone un paso hacia la criminalización del ejercicio del periodismo por una maniobra de ex funcionarios y empresarios K. Mi indagatoria había sido solicitada al juzgado de Dolores por el “productor agropecuario” Pedro Etchebest y el empresario K Mario Cifuentes, entre otros, luego de una organizada presentación en cadena de ex funcionarios K encabezado por el ex secretario de Coordinación del ministerio de Planificación, Roberto Baratta”.

“Lamento que la jurisdicción de Dolores se haya hecho eco de una maniobra que busca callar mis investigaciones sobre corrupción. Ya se había empezado a investigar mi teléfono celular, pese a fallos de la cámara federal porteña que habían incluido las comunicaciones de un periodista dentro del secreto profesional consagrado por la Constitución Nacional, lo que significa otra violación de mis derechos”, agregó.

Obviamente, el juez no comparte esa posición y sostiene que “Marcelo D´Alessio y la organización de la que participaba utilizaban su relación con Daniel Santoro para amedrentar y extorsionar a sus víctimas y las intimidaba con publicaciones periodísticas -que en algunas ocasiones se concretaban- y tenían como fin impactar en la conducta de alguna persona –como por ejemplo, en los casos de Gabriel Traficante o Mario Víctor Cifuentes-”, dos empresarios que fueron víctimas de aprietes por parte de la banda encabezada por el falso abogado.