El Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación le dio directivas al Servicio Penitenciario Federal para que refuercen las medidas de seguridad de todos los internos, luego de la fuga de los hermanos Martín y Cristian Lanatta y de Víctor Schillaci de un Penal de máxima seguridad bonaerense que mantiene en vilo a toda la sociedad.
“La situación penitenciaria ha adquirido una gran complejidad. En tal sentido, el ministro Garavano ha insistido en considerar la política penitenciaria como una prioridad de los ejes de gestión de este Ministerio”, dijo el subsecretario de Relaciones con el Poder Judicial y Asuntos Penitenciarios de la cartera, Juan Bautista Mahiques.
La alerta por una posible fuga de detenidos bajo la órbita del Servicio Penitenciario Nacional, se disparó cuando Mario Segovia, más conocido como el «rey de la efedrina», cumpliendo dos condenas a 14 y 9 años en la cárcel federal de Ezeiza, pidió autorización para atenderse por un dolor en un hospital público el último domingo.
Lo mismo pasó con el mexicano César Cornejo Miranda, alias «Chacito», otro interno de fuste: lo apresaron en abril pasado queriendo contrabandear a su país cocaína líquida solapada en transformadores eléctricos. “Chacito” se atrincheró en un departamento de Belgrano e hirió a un gendarme de un balazo cuando fueron a detenerlo.
Actualmente, el SPF está llevando adelante un relevamiento de la población carcelaria para tener un diagnóstico y reforzar la seguridad sobre algunos internos “con cartel”. “La intención es realizar un diagnóstico del estado del Servicio para luego desarrollar políticas acordes que posibiliten un abordaje integral del sistema y de sus riesgos”, dijo Mahiques.
Este tipo de abordaje se orienta a establecer tres tipos de riesgos: el de suicidio, conflictividad entre internos y fuga. “Si es de fuga, hay que alojarlos en el lugar donde mayor seguridad física se pueda obtener, con la dinámica de estar constantemente analizando el flujo de la información para poder tener una lógica preventiva y no reactiva”, detalló el Subsecretario.
«Los criterios para determinar el coeficiente de riesgo dependen de factores estáticos -el motivo del hecho, el delito, los participantes, la edad- y dinámicos –consumo de drogas o alcohol, por ejemplo» agregó el Subsecretario. Entre los internos más vigilados, se cuentan quienes pertenecen a bandas de crimen organizado, de carácter nacional o trasnacional. “Eleva las probabilidades porque funcionan con una lógica económica y operacional distinta a cualquier otro tipo de interno”, finalizó el funcionario.
Fuente: Infojus.