Por Rafael Saralegui
Juan Pablo Curi y Alejo Ramos Padilla nunca ocultaron las diferencias que mantienen respecto de la causa en la que se investiga a una asociación ilícita dedicada a la extorsión y al espionaje ilegal. Todo está dicho por escrito. El fiscal federal planteó en reiteradas oportunidades que el juez debía dejar el expediente y enviarlo a la Cámara Federal de Buenos Aires para que designara un nuevo magistrado. El planteo fue rechazado. Luego de los chispazos, el fiscal Curi presentó un nuevo dictamen para precisar los alcances de la investigación y además pedir una serie de medias, a varias de las cuales el juez hizo lugar.
Es evidente que Curi dio un giro, luego de haber sido recusado por algunas de las querellas y de los imputados. Presentó un extenso dictamen en el que describió los hechos de espionaje y extorsión que habría llevado adelante la banda y mencionó al rebelde Carlos Stornelli en nueve oportunidades. Como el fiscal no se presentó a declarar pidió que lo hagan los empleados de su fiscalía. Además pidió que declare la actriz Mirtha Legrand y su nieto Nacho Viale, productor de su programa, donde se presentó la fallecida vedette Natcha Jaitt.
Lo llamativo -después de tantos encontronazos- es que el fiscal y el juez coincidieron en la necesidad de profundizar la pesquisa para determinar si se trató de un emprendimiento privado para obtener dinero encabezado por el falso abogado Marcelo D´Alessio o si además se trató de una organización que funcionaba bajo el amparo del Estado para sembrar falsos testimonios en causas judiciales de relevancia, como la de las fotocopias de los cuadernos que llevan adelante el fiscal desobediente y el juez Claudio Bonadio.
Y en esa línea es clave desentrañar el papel de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) en la trama que comenzó desenredarse tras la denuncia de Pedro Etechebest contra D´Alessio y Stornelli por extorsión. Los dos máximos jefes de la AFI ya tuvieron que ir a dar explicaciones al Congreso, porque en la causa hay tres detenidos que tuvieron alguna clase de relación con la organización de espías que dirige el escribano Gustavo Arribas, amigo personal del presidente Macri.
En sintonía con el pedido del fiscal, el juez envió hoy un escrito a la AFI en la que pidió lo siguiente:
“Requiérase a la Agencia Federal de Inteligencia que informe si se entabló algún tipo de comunicación desde dicho Organismo con los abonados nros. 011 5060-0xxx y 011 4031-5xxx (asociados a Marcelo Sebastián D’Alessio), como así también con los correos electrónicos mdalessio70@icloud.com y msdalessio@gmail.com; como así también con las líneas 11 6217- 7xxx, 11 5892-6xxx, 11 2770-0xxx y 11 6672-7xxx y/o los correos electrónicos barreiroicia@gmail.com, rbogoliuk@gmail.com, noctambulo22@gmail.com y anibal_degastaldi@hotmail.com –asociados a Ricardo Bogoliuk, Aníbal Degastaldi y Rolando Hugo Barreiro-. Al respecto, hágase la aclaración que la información requerida respecto de los nombrados Bogoliuk y Degastaldi no incluye el período en el que los mismos se desempeñaron en tal organismo. Por último, solícitese que se proporcione la mayor cantidad de datos posibles en relación al tenor de esas comunicaciones”.
El objetivo es determinar si la banda actuaba por su cuenta o reportaba o otros jefes con cargos más altos en actividad dentro de la agencia. Es necesario recordar que cuando prestó declaración indagatoria el ex agente de la AFI Rolando “Rolo” Barreiro, admitió que conocía y hacía algunos trabajos para D´Alessio y que éste le dijo que eran parte del grupo los ex comisarios Bogoliuk y Degastaldi, quienes supuestamente dependían de aquel. Pero además dijo que había otros jefes más arriba.
“En distintas charlas con D´Alessio o encuentros, él siempre me nombraba que trabajaba con Bogoliuk y Degastaldi, que el nexo –digamos- o figura de autoridad de ellos era Pablo Piamonti o Pinamonti, no recuerdo bien el apellido pero era algo así. Esa persona era la que reportaba directamente a lo más alto de la AFI, en escalas, arriba de Bogoliuk y Degastaldi, pero debajo de los Directores y Asesores”, declaró Barreiro.
El ex espía precisó que “Pablo era la persona con la que se reunían ellos tres: D´Alessio, Degastaldi y Bogoliuk, y según me decía D´Alessio era el que le estaba por autorizar a él crear una dirección de delitos complejos dentro de la AFI la cual iba a manejar él”.
Según una nota de La Política On Line Pablo Pinamonti llegó a la AFI gracias al presidente de Boca y operador judicial del macrismo, Daniel Angelici, quien antes lo había ubicado en la Policía Metropolitana, cuando el actual presidente era Jefe de Gobierno. “Ante la bicameral de fiscalización de organismos de inteligencia, Arribas y Majdalani confirmaron que Bogoliuk estuvo a cargo de Pablo Pinamonti, jefe de Asuntos Internos de la AFI y quien tuvo a cargo el “Plan Amba”, como se llamó a la apertura de bases de la AFI en el conurbano bonaerense”, sostuvo el sitio.
Además, el juez y el fiscal buscan precisar el papel del columnista del diario Clarín Daniel Santoro en la trama. El periodista dijo haber sido engañado en su buena fe por el falso abogado. Pero los instructores de la causa buscan determinar si sólo hablaba con D´Alessio o tenía contactos con los otros integrantes del grupo. Por eso se requirió a la compañía Movistar los datos formales de la línea del celular que usa Santoro y “se ponga en conocimiento las fechas de activación/desactivación de la misma y el tipo de servicio brindado y, remita el listado de llamadas entrantes y salientes desde el 01/01/2016 al día de la fecha”.