Los tres asesores del precandidato a jefe de Gobierno porteño por Energía Ciudadana Organizada (ECO), Martín Lousteau, señalados como responsables de una maniobra de vaciamiento del Hospital de Clínicas y de un entramado contable para derivar fondos públicos de la Facultad de Económicas de la UBA a empresas prestadores de su propiedad, están al borde del procesamiento.
El juez federal Sebastián Casanello comenzó a investigarlos a finales del año pasado a partir de una denuncia realizada en octubre del año pasado por misma la jefa de Lousteau, la precandidata a presidenta por el Frente Cambiemos, Elisa Carrió.
Los investigados son el exdecano de Económicas José Luis Giusti, el titular de la UCR porteña y secretario de Hacienda de esa facultad, Emiliano Yacobitti, y el exsecretario de Asistencia Técnica y Pasantías Gastón Ricardo, a quienes les cabrían las figuras delictivas de malversación de fondos públicos y asociación ilícita, entre otras.
La investigación busca determinar si hubo fraude en el manejo de subsidios por producción de bienes de capital que recibieron Yacobitti y Giusti de manos de Ricardo, quien hasta el año pasado actuaba como gestor allegado al Ministerio de Industria, a través de su hermano Dante Fabián, a su vez asesor del subsecretario de Coordinación de esa cartera, Marcos Coy; pero que tras conocerse las irregularidades fue automáticamente apartado de su cargo.
Empresas como Medipack, Grupo Salud e Inmu Ideas, entre otras, figuran en la denuncia presentada por Carrió, que salpica a los asesores de Lousteau, y son las que aparecen también en la investigación realizada recientemente por el periodista Alejandro Bercovich.
Los tres, impulsores de la candidatura de Lousteau, fueron denunciados a través de un informe difundido por el canal C5N, que mostró que Yacobitti y Ricardo están al frente del laboratorio Medipack, prestador del Hospital de Clínicas dependiente de la UBA, y le cobran sobreprecios que llegan a ser hasta diez veces mayores al real.
Los tres también conforman la empresa Inmu Ideas, controlante de albergues estudiantiles, sociedad constatada en los registros de contabilidad pública; y a su vez, Yacobitti y Ricardo, integran el Grupo Salud.
De acuerdo al informe, los fondos que destinan los directivos de la UBA a comprarse medicamentos en sus propias droguerías, son los que le faltan al Clínicas para funcionar con niveles elementales de dignidad.
Lo mismo sucede con el Instituto Angel Roffo, dependiente de la UBA, pero la dirección de la Universidad niega que haya problemas ni faltantes, tanto en este establecimiento como en el Clínicas.
Giusti abandonó el decanato de Económicas hace dos meses, luego de que su ex esposa lo denunciase por violencia de género, lesiones y presunto enriquecimiento ilícito. Desde octubre del año pasado, su ex esposa viene reclamando a la Justicia, la mitad de de los bienes de la sociedad conyugal y el pase de la cuota alimentaria para sus dos hijos.