El juez en lo contencioso administración Enrique Lavie Pico hizo lugar el viernes al amparo presentado por la jueza de la Corte Suprema, Elena Highton de Nolasco y avaló su continuidad en el máximo tribunal. De esta manera, la magistrada podrá permanecer en su cargo una vez que cumpla 75 años, lo que ocurrirá en diciembre próximo.
El Ministerio de Justicia había pedido que fuera rechazado el amparo, en una presentación ante el mismo juez, pero luego de conocida su resolución decidió no apelar con lo que el fallo queda firme y la jueza podrá seguir ocupando un sillón entre los supremos.
Lavie Pico, juez contencioso que hace todo lo que le pide el camarista Sergio Fernández, entendió que el criterio aplicado a Carlos Fayt y Enrique Petracchi, dos jueces previos a la Constitución de 1994, valía también para la ministra.
Lo que ocurrió con Highton y que tuvo hoy su corolario, reflexionan en el cuarto piso, es la consecuencia de un Gobierno que se ha quedado sin un operador claro en la justicia, si es que alguna vez lo tuvo.
El gobierno se opuso primero a la continuidad de Highton para luego instalar mediáticamente que en realidad quería que la jueza siga en el cargo, al no apelar el fallo de Lavie Pico, lo que implica un giro en la posición que había sostenido semanas atrás.
La salida de Daniel Angelici como operador de los temas judiciales le dio juego libre a Germán Garavano que en las últimas semanas se ha acercado más al entorno presidencial, en especial a Gustavo Lopetegui. De hecho, el ex CEO de Lan habría sido quien le encomendó a Garavano oponerse al pedido de la jueza.
Lopetegui tiene una historia tumultosa con Highton de Nolasco de cuando el kirchnerismo quería desalojar a Lan de los hangares de Aeroparque. Lan era defendida por el estudio Cassagne, muy cercano ahora al macrismo. En el peor momento de esa pelea fueron en busca del apoyo de Highton, fuerte conocedora del fuero Civil y Comercial y de la Cámara Civil. Pero no hubo caso.
El Gobierno instala en medios que no desea hacer más nombramientos en la Corte, pero lo cierto es que Highton tiene un rival en la figura de Ernesto Sanz, que recomendó en la mesa chica fogonear la salida de la jueza para que el Gobierno designara un tercer juez en la Corte. Y Sanz viene as ser como un socio político de Ricardo Lorenzetti.
Esa fue la postura inicial, que se desvaneció tras el fallo de Lavié Pico. Se evaluó que el Gobierno cosecharía otro título adverso en el fallo de segunda instancia. Además, se busca aquietar las aguas en una Justicia que está disconforme con el traspaso de la Nación a la ciudad impulsado por Cambiemos y resistido además por los trabajadores judiciales.