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Qué buscan las bandas que incendiaron 120 coches en un año

Rafael Saralegui

Las hipótesis principales son dos: actuan por placer o lo hacen para provocar miedo o temor en la población. La segunda opción se orienta hacia un grupo que puede actuar impulsados por fines políticos o ideológicos. Esas son las dos líneas principales de investigación que existen en la Justicia para tratar de dar con los llamados “quemacoches”.

El último ataque se produjo en la noche del domingo 20, cuando fue incendiado un Peugeot 308, flamante, que su dueño había sacado 20 días antes de la concesionaria. El auto, que sufrió destrucción total, estaba guardado en un estacionamiento del edificio situado en O’Higgins 4729, en el barrio de Núñez.

El Peugeot 308 tenía apenas 20 días de uso.

Otro auto, un Chevrolet Meriva, que estaba estacionado a unos metros del Peugeot también fue alcanzado por las llamas. Según informó a CyR el abogado Javier Miglino, que representa a varios damnificados por los quemacoches, los mismos atacantes incendiaron minutos después un Alfa Romeo Mito, un vehículo de alta gama, que estaba estacionado en la esquina de las calles Cuba y Pico.

Los primeros ataques contra autos estacionados en la vía pública comenzaron en 2010 con algunos hechos aislados, siguieron durante el 2011 y tuvieron su pico en 2012, cuando se registraron 106 casos. En lo que va de este año los autos incendiados suman 14, por lo que se llega a 120 coches quemados en los últimos trece meses.

Algunos vecinos del edificio donde se produjo el ataque dijeron haber escuchado a tres voces minutos antes de que se produjera el ataque al Peugeot 308. Una de las tres sería una mujer. Este el primer caso en que los atacantes deciden incendiar un auto que estaba dentro de un edificio, ya que hasta ahora todos los hechos se habían registrado en la vía pública.

El dato no es menor. La cochera donde estaba estacionado el Peugeot incendiado el domingo tiene un techo por donde pasan los caños de gas del edificio, que tiene 14 pisos y donde viven decenas de familias. “Podría haber ocurrido una tragedia”, dijo Miglino.

Como ocurre en la mayoría de las investigaciones complejas, no hay una pesquisa unificada para dar con los quemacoches. Hay causas en marcha en una fiscalía de Vicente López, otra en una Fiscalía de San Isidro, ambas en jurisdicción de la provincia de Buenos Aires. En la ciudad de Buenos Aires hay por lo menos dos: una en la Fiscalía Sudeste y otra en la Fiscalía Norte, que es la que interviene en el último caso, además de la comisaría 35ª.

El primer ataque incendiario de este año sucedió entre la noche del 8 y el 9 de enero, cuando fueron quemados once autos en los barrios de Villa Urquiza, Villa del Parque y Villa Devoto. Los coches incendiados sufrieron destrucción total.

“Los atacantes saben lo que hacen. En todos los casos no había cámaras de seguridad, por lo que no pudieron ser filmados. De este modo no hay imágenes ni fotografías de los autores”, explicó Miglino. En el último caso de Núñez, las cámaras más cercanas se encontraban a un par de cuadras.

En un principio se pensó que los incendiados eran chicos alcoholizados que lo hacían cuando salían de bailar. Luego se habló de grupo anarquistas que buscaban dar un “mensaje”. Esas dos teorías fueron descartadas. La sospecha ahora es que se tratan de dos grupos: uno se dedicada a atacar autos nuevos, camionetas doble tracción, coches de alta gama, de la marca Audi, por ejemplo. El otro incendia coches más viejos. Unos lo harían por gusto, otros para generar temor, miedo, preocupación, mientras la ciudad duerme.


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