El juez ordenó el procesamiento del hacker de la ministra, pero al mismo tiempo dispuso que se ordene su libertad al entender que no escapará o perjudicará la investigación.

A criterio del juez, el hacker «buscó vulnerar la libertad y crear un estado de alarma o temor para que la señora Ministra de Seguridad, en consecuencia, dejara su cargo».

Según el juez Ramos, «en la conducta desplegada se advierte la ultra intención de infundir un temor público, suscitar tumultos o desórdenes toda vez que las publicaciones fueron difundidas a través de la red social de acceso público Twitter».

Bullrich fue hackeada el 26 de enero pasado cuando escribieron en su perfil mensajes como «Macri gato», «soy una borracha inútil que le queda grande este cargo igual que al presidente» y «este (sic) ginebra me pegó fuerte».

Además los hackers habían entrado a unos treintena correos electrónicos del Ministerio de Seguridad, a los que accedieron vía un mail falso de la embajada de Bolivia.

En esos correos le escribieron a la ministra un mail en el que le decían que pertenecían al Estado Islámico y que habían puesto una bomba en la sede de la cartera.

Para el juez la intención del hacker de causas una conmoción se puso de manifiesto con la decisión de dar a conocer por los medios de comunicación de inmediato la vulneración de la cuenta.