Una jueza procesó a un comerciante por abusar sexualmente de una joven venezolana tras una entrevista laboral en un local de la zona de Once.
Pero le permitió continuar en libertad a pesar del dictamen de una fiscal y el reclamo del abogado de la víctima para quede preso.
La jueza Karina Mariana Zucconi procesó anoche a Irineo Humberto Garzón Martínez por el «abuso sexual agravado con acceso carnal» de una joven venezolana.
Se trata de un delito más grave que el que se le imputó al momento de su arresto, ya que entonces se lo acusó de «abuso sexual simple».
Sin embargo, según la resolución a la que tuvo acceso Télam, la jueza dispuso que Garzón Martínez permanezca en libertad.
Restricciones
De todos modos dijo que su libertad aunque estará «condicionada a que cumpla con las reglas impuestas al momento de concederle la excarcelación», entre ellas, la prohibición de tomar contacto por todos los medios de la víctima.
También, de acuerdo a la decisión de la magistrada, el hombre no puede salir del país y se le embargaron sus bienes en 90.000 pesos.
Familiares, amigos y conocidos de la joven que denunció el abuso realizaron un acto en reclamo de Justicia frente al local de la calle Paso 693, en el barrio del Balvanera, que pertenece a Garzón Martínez.
En el encuentro, la madre de la joven aseguró que su hija «está desprotegida» y que la Justicia recién esta tarde le entregará un botón antipánico para poder alertar a la policía en caso de volver a sufrir algún contacto del agresor.
«Nosotros pudimos salvar la vida de mi hija, pero no su integridad, llamamos a los jueces, a los fiscales, a las autoridades de esta Nación a que escuchen este grito de justicia”, expresó la madre de la chica.
Cuestionamiento
En tanto, el abogado Pablo Baqué, que representa a la joven venezolana, volvió a cuestionar la decisión de la jueza, al considerar que es necesario que este hombre quede preso «por la gravedad del caso y porque pueden existir otras víctimas que aún no se animaron a denunciarlo».
De hecho, la fiscal nacional en lo Criminal y Correccional 41, Silvana Russi, ya se había opuesto a excarcelar al comerciante.
El hecho se registró el pasado sábado cerca de las 14, cuando la denunciante fue citada para realizar una entrevista laboral que había coordinado días antes por la red social Facebook.
Aparentemente, el acusado le pidió cenar el viernes para así «poder hablar sobre el trabajo», propuesta que rechazó la joven, quien finalmente arregló presentarse el sábado por la mañana en el local de la calle Paso.
Según el relato de la denunciante, durante la jornada de trabajo, el acusado le ofreció varias veces «un vaso de gaseosa o de jugo» que finalmente aceptó cerca del mediodía.
Mareo
De acuerdo con su relato ante los investigadores, tras beber un vaso de agua comenzó a sentirse mareada, por lo que le envió un mensaje a su hermana explicándole la situación.
«Creo que el dueño de donde trabajo me drogó porque me siento mareada», expresó la joven en el mensaje que le envió a través de WhatsApp y agregó la dirección en donde se encontraba.
Cuando la policía ingresó al local, encontró a la joven en el fondo del comercio y el acusado estaba vistiéndola y poniéndole los pantalones.