Boudou presentó un pedido de sobreseimiento y no lo consiguió.

El rol de Amado Boudou en la trama Ciccone seguirá bajo la lupa. Así lo entendieron el juez Ariel Lijo y el fisca Jorge Di Lello quienes rechazaron la petición de sobreseimiento presentada por los abogados del vicepresidente. Tal como lo había adelantado CyR, hace dos meses el abogado Diego Pirotta recibió la orden directa de Balcarce 50 de que la causa que tramita en Comodoro Py debía archivarse, en lo posible, antes de las elecciones de octubre.

La táctica salió mal ya que tanto Lijo como Di Lello entienden que las vías de investigación no se han agotado para determinar el rol del vicepresidente en la trama de la imprenta. A continuación algunas claves para entender esta determinación:

Di Lello está prácticamente convencido del tráfico de influencias a favor de Compañía Sudamericana de Valores cuando esta era controlada por The Old Found, o sea Alejandro Paul Vandenbroele. La empresa, de repente, se encontró con favores por parte del Banco Central, la Casa de la Moneda y el Ministerio de Economía, entre otros entes públicos. Sin embargo se trata de una carátula difícil de comprobar  ya que si bien existen testimonios y algunos registros por escrito no hay una evidencia contundente. En esto último se basó parte del pedido del abogado Pirotta.

Lijo asume que gran parte de la causa pasa por el supuesto enriquecimiento ilícito del vicepresidente y cree que, en este caso, las evidencias son más contundentes. Un dato: las  pistas más solidas provienen de las cuentas del entorno familiar y afectivo más que de las del propio Boudou.

El timming político es una de las claves de la causa. Lijo cree que está en condiciones de indagar a Boudou y, eventualmente, procesarlo. No habrá grandes avances antes de octubre pero la causa tampoco será archivada como pide el Gobierno. Si el oficialismo no tiene una buena performance en las urnas la suerte del economista será adversa. “Si lo indago ahora termino como Rafecas o Righi”, expresó el juez en reserva a sus allegados.

Se sabe Righi abandonó el cargo de Procurador General de la Nación luego de que Boudou lo acusó públicamente de haber recibido una oferta de cierre de la causa si contrataba los servicios de su estudio de abogados, manejado por sus familiares.

También está la política subterránea de Comodoro Py: Lijo y su hermano Alfredo (Fredy para los amigos), de estrecha cercanía a Julio De Vido, libran por estos días una interna feroz con Javier Fernández, operador todoterreno de los gobiernos de turno en el plano judicial. Lijo aspira a que Fernández sea eyectado de su asiento en la Auditoría General de la Nación y busca instalar la idea de que ya no puede ser útil  para los deseos de Olivos. Justamente Pirotta pertenece al estudio que Fernández tiene en sociedad con Dario Richarte, exnúmero dos de la SIDE durante la gestión de Fernando De la Rua.