Por Javier Sinay.
“Queremos saber qué responsabilidad le cupo a Carlos Tomada en la desaparición de gente de la compañía ELMA”, dice el titular de la Asociación de Ex Detenidos-Desaparecidos Sobrevivientes, Enrique Fukman. De este modo, la Asociación anuncia que hará una presentación en la Justicia para que se investigue el rol del ministro de Trabajo –que actualmente ocupa la cartera por tercera vez consecutiva– durante la última dictadura militar, cuando Tomada se desempañaba como delegado de la Empresa de Líneas Marítimas Argentinas (ELMA) ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT). “Tomada fue responsable de recursos humanos de ELMA y, como tal, queremos saber qué parte le cupo en la desaparición de los trabajadores, ya que es sabido que el área de recursos humanos de varias empresas proporcionaba listas de empleados y delegados a los represores”, agrega.
El envío de Carlos Tomada a la OIT ha quedado registrado en la edición 23.509 del Boletín Oficial, del martes 12 de octubre de 1976, donde se señala que el actual ministro integró por decreto dictatorial la comitiva oficial en la 62º Reunión Marítima de la OIT, en Ginebra. El texto del decreto señalaba la importancia que tenía para el país la reunión en Suiza. “Estamos recolectando toda la información sobre ésta y otras cuestiones”, dice ahora Fukman, “a partir de que se supo públicamente que Tomada fue delegado”.
Tomada no ocultó que entre 1975 y 1984 había trabajado para ELMA. La empresa había sido creada por Arturo Frondizi en 1960, como reemplazo de la Flota Mercante del Estado, fundada en 1941 y dependiente del antiguo Ministerio de Marina. Durante la presidencia de Carlos Menem, los activos de ELMA fueron liquidados y la empresa, disuelta en 1997.
“Ingresé a ELMA en la democracia en 1974 como abogado, como tantos otros trabajadores”, dijo Tomada en una entrevista con el diario Página 12, en una de sus escasísimas declaraciones públicas sobre aquella experiencia. Sobre su viaje a Ginebra, agregó que “en realidad fui uno de los representantes técnicos de los empleadores”.
Durante su paso por la empresa marítima estatal, Tomada revistaba al director de la empresa, Carlos Massera, hermano del dictador Emilio Massera, y habría trabajado en el envío a la Guerra de Malvinas de 392 tripulantes de buques de ELMA, incluidos extranjeros y mayores de cincuenta años, que la ley de movilización militar vigente prohibía movilizar en caso de conflicto armado.
En el diario La Nación, en otra entrevista, el actual ministro contó que en 1984 fue desplazado del área laboral de ELMA a la dirección de asuntos jurídicos. “Yo me separo de Mónica a la mañana, y cuando llego al laburo, ese mismo día, me dicen que no voy a seguir ocupando ese puesto”, confesó. “Ese fue un período que implicó una gran incertidumbre y tuve que empezar absolutamente de nuevo. Tuve que vender el auto. Mi situación era dramática. Pasé a vivir en un sucucho de cuatro por cuatro, en un sótano sin luz, con mis hijos, durmiendo todos amontonados”.
Tomada –que con los años se convirtió un abogado laboralista ampliamente relacionado con los sindicatos– se desempeñó poco tiempo después en el Ministerio de Trabajo de Raúl Alfonsín, bajo las órdenes de Ideler Tonelli, que fue ministro entre 1987 y 1989. Luego de la década de 1990, en la que no ocupó cargos de relevancia, el abogado volvió a la arena política en 2002, cuando se hizo cargo de la Secretaría de Trabajo de la Nación. Entrada la nueva década, fue candidato a vicejefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y pretende ahora conducir el PJ porteño, próximo a las elecciones de 2015 para jefe de Gobierno de la Ciudad.