La situación del periodista Daniel Santoro parece complicarse en la causa que lleva adelante el juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, que investiga una organización dedicada al espionaje ilegal y la extorsión, que tiene como principal imputado al fiscal federal Carlos Stornelli, rebelde desde el mes pasado, luego de haberse negado a presentarse a cuatro citaciones a prestar declaración indagatoria.
La causa se inició por una denuncia del productor agropecuario Pedro Etchebest, quien declaró que el falso abogado Marcelo D´Alessio le había pedido 400 mil dólares para no quedar involucrado en la causa de las fotocopias de los cuadernos que lleva adelante el juez federal Claudio Bonadio, con la intervención del fiscal Stornelli.
Etchebest grabó varias de la conversaciones que mantuvo con D´Alessio y hasta lo acompañó hasta Pinamar donde fue testigo de una larga reunión entre el falso abogado y el fiscal. Luego del encuentro en el bar de un conocido balneario D´Alessio le presentó a Stornelli a Etchebest y le dijo “él es el señor Pedro”. La frase era la supuesta confirmación de que estaba “todo arreglado”. Es decir, que si el empresario pagaba lo que le pedían podía seguir disfrutando de su libertad.
La investigación de Ramos Padilla, que arrancó como un supuesto pedido de un soborno tuvo derivaciones impensadas como espionajes hasta dos miembros de la Corte Suprema de Justicia y operaciones de extorsión a empresarios para que entregaran dinero o hasta sus compañías bajo amenazas de prisión o consecuencias judiciales y mediáticas, mediantes publicaciones en el diario Clarín o en programas de televisión.
Ahí es donde entra en la trama Daniel Santoro, editor de Clarín y ex panelista del programa Animales Sueltos, que se emite en las noches de América TV. Santoro reconoció que tenía una relación con D´Alessio, pero como una fuente que supuestamente le proveía información para sus notas y libros, debido a que había trabajado en la empresa Enarsa durante el gobierno anterior.
«A (Marcelo) D’Alessio lo conocí hace dos años. Me lo presentó un periodista de policiales que no voy a dar el nombre porque ahora parece que es como ‘la mancha venenosa’. En ese momento yo estaba escribiendo el libro ‘La ruta de la efedrina’ y D’Alessio se contactó conmigo para hablar del caso del triple crimen de General Rodríguez. A partir de ahí es una relación estrictamente periodística: él me daba datos, yo los chequeaba. Algunas cosas las publiqué y otras no porque eran inverosímiles», dijo Santoro en el mismo programa cuando se le dictó la prisión preventiva a D´Alessio.
«Obviamente fui engañado y acá fue mi error. Ahora me entero que él usó mi nombre y usó mi confianza para presentarse como conocido. Nunca le dí ningún tipo de autorización para que citara mi nombre ni nada», agregó el periodista de Clarín.
Santoro no fue citado hasta ahora a declarar al juzgado de Dolores. Sino lo llamaron como testigo, es decir, para que fue explique que fue usado y burlado en su buena fe por la banda de extorsionadores y espías, es porque hay dudas entre los responsables de la investigación.
Pero hay otras partes vinculadas con la causa que ya no tienen dudas. Los abogados que representan el denunciante Etchebest, querellante en la causa, le pidieron hoy al juez Ramos Padilla que lo cite a Santoro a prestar declaración indagatoria como sospechoso de haber sido parte del mismo grupo y haber contribuido con sus publicaciones a los designios de la banda.
Los abogados de Etchebest pidieron la indagatoria de Santoro a partir de los testimonios de Gonzalo Brusa Dovat, un ex funcionario de la empresa PDVSA, y del empresario Marcelo Cifuentes. Los dos dijeron que fueron apretados por D´Alessio. Brusa Dovat fue empujado a declarar en la causa de la fotocopia de los cuadernos y a Cifuentes amenazaron con sacarle su empresa, que luego se fue a la quiebra.
“La articulación premeditada y específica entre los mecanismos intimidatorios y extorsivos de Marcelo D´Alessio con las notas periodísticas y participación televisiva de Daniel Santoro su carácter de panelista del programa Animales Sueltos y en sus notas publicadas en el diario Clarín, dan cuenta de un engranaje sincronizado a los efectos de consumar la extorsión y la reacción intimidatoria en la psiquis de los declarantes”, dijeron los abogados de Etchebest.
“Es evidente que dicho engranaje fue el dispositivo a los efectos de extorsionar a mi ponderante y que en función de la gravedad institucional de los hechos que se investigan en autos, la extorsión es parte de una estructura delictiva en la que cumplía un papel preponderante a los efectos de la intimidación el periodista Daniel Santoro”, abundaron los abogados al fundamentar el pedido de indagatoria.