| Juicio oral

Piden perpetua para una mujer policía que mató a un matrimonio para pagar un viaje a Disñey

El fiscal Cirruzi hizo su alegato. La acusada quería el dinero para pagar un viaje a su hija.

Un fiscal solicitó prisión perpetua para la mujer policía que a la que acusó de torturar y asesinar a balazos hace dos años a un matrimonio del barrio porteño de Parque Avellaneda para robarle entre 70.000 y 80.000 dólares con los que planeaba pagar un viaje a Disney para su hija.

El fiscal de juicio Oscar Ciruzzi consideró a Sonia Rebeca Soloaga (36) autora del doble crimen de Alberto Antonio Chirico (71) y su esposa María Delia Speranza (63).

Ciruzzi alegó ante el el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 7 y mantuvo la misma calificación por la que Soloaga llegó a juicio.

La acusó por los delitos de “robo agravado por haber sido cometido con arma de fuego en concurso real con un homicidio triplemente agravado por criminis causa, por la alevosía y por haber sido cometido con un arma de fuego, en concurso con falsa denuncia”.

También solicitó que se condene el segundo sospechos, el también policía porteño y por entonces novio de Soloaga, Diego Alberto Pachilla (37).

A este imputado, Ciruzzi pidió ante los jueces Alejandro Noceti Achaval, Gabriel Vega y Gustavo Rofrano, una pena de 3 años de cárcel pero por el delito de “encubrimiento doblemente agravado”.

Falta de pruebas

Si bien mencionó la posibilidad de que en este caso Soloaga pudo haber tenido ayuda de una segunda persona en la ejecución de los crímenes, Ciruzzi reconoció que no tenía pruebas para acusar de eso Pachilla.

Pero consideró que fue la persona que ayudó a hacer desaparecer la presunta arma homicida, la pistola 9 milímetros que la mujer primero denunció como que le robaron en un asalto y luego que la perdió en un baño.

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Para Ciruzzi, esa “doble falaz versión” de Soloaga tuvo como único objetivo justificar la desaparición de la pistola reglamentaria Pietro Beretta que, según la fiscalía, fue el arma homicida y nunca se encontró.

Además, el fiscal requirió que ambos efectivos de la Policía de la Ciudad no puedan ejercer sus cargos por un plazo de 10 años.

A los golpes

El representante del Ministerio Público Fiscal sostuvo el requerimiento de elevación a juicio de la fiscal de instrucción Estela Andrades y en ese sentido dio por probado que Soloaga, quien en aquel momento trabajaba en la comisaría 9C de la Policía de la Ciudad, cometió el crimen entre las 12 y las 14.30 del 11 de junio de 2019, en la casa del matrimonio, ubicada de la calle Eugenio Garzón 3581, zona donde ella cubría servicio de parada.

“Al lugar ingresó la nombrada cuando le habilitaron el acceso. Primero ejerció violencia sobre ambas personas y con unos golpes consigue que le señalen dónde tenía guardada una suma importante de dinero, entre 70 y 80 mil dólares y entre 50 y 60 mil pesos”, señaló.

El fiscal sostuvo que luego de conseguir el dinero, Soloaga ejecutó a cada uno de los miembros del matrimonio de “un disparo en la cabeza” y que para ello utilizó “un almohadón bordó” con el objetivo de “disminuir y amortiguar el ruido”, y también “para no verle la cara a las víctimas”.

Es que más allá de que la propia Soloaga, al declarar en el juicio dijo que nunca entró en la casa de los Chirico, Ciruzzi sostuvo que eso era mentira y que ella tenía una relación de confianza con el matrimonio, por los dichos de las propias víctimas.

Confianza

El fiscal recordó que la propia hija de las víctimas, María Florencia Chirico, declaró en el debate que su madre le dijo que la mujer policía solía entrar a la casa para usar el baño y no le gustaba porque “hacía preguntas raras” sobre cambio de dólares y que su padre le dijo que era “amiga” y que le solía convidar café con leche.

“El conocimiento previo que existía entre Soloaga y las víctimas es lo que lleva a que les quite la vida para evitar cualquier tipo de reconocimiento”, señaló hoy el fiscal.

Como posible móvil del crimen, Ciruzzi sostuvo el robo del dinero y mencionó además la deuda que Soloaga tenía con la empresa “Fun Time” para poder pagar un viaje a Disney que le quería regalar a su hija por su cumpleaños de 15.

Al hablar de los agravantes del doble homicidio, fundamentó el “criminis causa” en que la imputada mató para “ocultar y perpetrar el desapoderamiento en cuestión”, es decir el robo, y dijo que hubo “alevosía” porque “ya había reducido” y dejado en estado de indefensión a las víctimas, quienes no pudieron “responder a ningún tipo de agresión”.

Sin dudas

“Sin ninguna duda Soloaga dejó el teléfono para no ser localizada, sin ninguna duda tenía trato con el matrimonio, sin ninguna duda accedía a la casa, sin ninguna duda quien intervino en el lugar sabía lo que buscaba y dónde lo buscaba, sin ninguna duda hizo desaparecer el arma para que no sea peritada y que quede patentizado que era el arma utilizada en este doble homicidio. Y sin ninguna duda, el coprocesado Pachila tuvo que ayudarla”, afirmó el fiscal en el tramo final de su alegato.

Si bien la querella no pudo alegar y pedir pena porque en su momento no presentó requerimiento de elevación a juicio, aludiendo a la Ley de Víctimas, el TOC 7 le permitió a los abogados de la familia Chirico, Alejandro Vartanian y Damián Berri, hacer una exposición en la que adhirieron a los pedidos de condenas del fiscal.

Allí, Berri destacó otros indicios contra Soloaga como que en su campera se hallaron 70.000 pesos y residuos de la deflagración de disparos, que en uno de sus cargadores secuestrados faltaban dos balas, que el día del crimen dejó su teléfono policial en un “pet shop” para no ser geolocalizada en la escena del crimen y que lo que debía pagar para el viaje a Disney de su hija era el equivalente a 6.000 dólares.

El juicio pasó a un cuarto intermedio hasta el próximo 23 de de junio a las 14.30, cuando sea el turno de los alegatos de las defensa.