Efectivos de las policías de la Ciudad de Buenos Aires, de la Federal y de la Bonaerense volvieron a poner de manifiesto en la noche del jueves y la madrugada del viernes 21 el peligro que representan sus efectivos cuando están armados: dos hechos que tuvieron como protagonistas a miembros de esas fuerzas terminaron con muertes de inocentes. Un caso fue un notorio hecho de gatillo fàcil y el otro de violencia de género, que terminó a los tiros.
En uno de los casos un policía de la provincia de Buenos Aires mató en la madrugada del viernes a un vecino en la ciudad de Burzaco, en el partido de Almirante Brown, que había sido víctima de una entradera minutos antes. Al parecer, los efectivos confundieron al hombre con un asaltante porque tenía un arma en la mano, dijeron las fuentes consultadas.
La trágica confusión que terminó con la vida de Ricardo Raúl Tassara, un médico de 64 años, ocurrió en la vivienda del médico situada en la calle Arenales al 100, de esa ciudad del sur del conurbano.
Después de recibir una llamada al 911 por una denuncia de robo, una comisión policial llegó hasta la dirección indicada, donde se encontraron con un automóvil VW Gol Trend con la llave de encendido puesta y la puerta de la vivienda abierta.
Ante ese panorama, los policías decidieron ingresar en el domicilio, de donde salió una persona que, con un arma en sus manos, los apuntó, dijeron las fuentes consultadas. Al parecer la víctima pensó que los ladrones habían regresado después de haber repelido el robo a los tiros.
“Los uniformados emitieron la voz de alto para que el hombre tirara el arma al suelo, pero la orden no fue acatada. De inmediato, uno de los oficiales, Horacio Elías Godoy, efectuó un disparo que le ocasionó la muerte al hombre armado, quien era el dueño de casa según supimos después”, dijo un oficial que participó en el operativo.
El hombre que recibió el disparo, Tassara acababa de sufrir un asalto, pero había dominado a los ladrones con una pistola e incluso había herido a uno de los delincuentes. Los agentes presumen que quizás por efecto del shock que le provocó el enfrentamiento con los ladrones nunca bajó el arma cuando entró la policia y estos creyeron que era un delincuente. Y el oficial Godoy disparó primero, sin esperar que se pudiera aclarar la situación ni escuchar la palabra de la víctimas.
Las fuentes dijeron que poco después se acercó una mujer de 34 años, novia del vecino muerto por la policía y aseguró que su pareja le dijo que se había resistido a un asalto y que había herido a dos delincuentes. Tras los dichos de la mujer los efectivos realizaron un operativo por zonas cercanas y atraparon a los dos delincuentes.
Se dio intervención al fiscal de turno, Alejandro Allieno, quien convocó a personal de Gendarmería y de Policía Científica para que realizara las pericias pertinentes en el lugar del hecho.
En la vivienda de la víctima, médico de profesión, las autoridades encontraron una pistola Bersa calibre 22 largo (arma que portaba en el momento de su muerte), un pistolón sin marca visible, dos revólveres calibres 38 y 357, tres escopetas (una doble caño y las otras calibres 16), un rifle y un aire comprimido.
Las fuentes dijeron que el oficial Godoy quedó detenido a disposición de la justicia y desafectado de la fuerza por parte de la Auditoría General de Asuntos Internos, que lleva adelante un sumario, más allá de la investigación judicial.
También los otros efectivos que participaron del procedimiento serán investigados por la fiscalía y por Asuntos Internos.
Discusión a los tiros
En el otro caso, una mujer perteneciente a la Policía de la Ciudad y su pareja, numerario de la Federal, resultaron con heridas de arma de fuego en la cabeza y tórax aparentemente tras una discusión de pareja en una casa del partido bonaerense de Quilmes, indicaron voceros policiales.
Como consecuencia de la gravedad de las heridas la mujer murió en la madrugada del viernes, según informaron en el hospital Iriarte donde había sido internada. La causa de la muerte fue la herida en la cabeza, mientras que el hombre se encuentra con una herida en el tórax, indicaron voceros policiales.
Según medios de prensa locales, durante la noche del jueves la Policía de la provincia recibió un llamado al 911. Una pareja de policías discutió y se dispararon mutuamente con sus armas reglamentarias en su vivienda de Quilmes Este delante de su pequeño hijo.
Las fuentes consultadas identificaron al hombre como Mauricio Sánchez, de 30 años, agente de la Policía Federal. La mujer fue identificada como Melisa Cumber, era la madre de su hijo y agente de la Policía de la Ciudad.
Tras una discusión por motivos que se desconocen, ella le disparó en el tórax y él la baleó en la cabeza. Según los vecinos, él tendría denuncias en su contra por violencia familiar, meses antes de la feroz pelea que terminó con la vida de la mujer.
Las fuentes policiales consultadas dijeron que el hombre llegó a decirles a los agentes que llegaron a la vivienda familiar, que había tenido una discusión. El aseguró que la mujer la disparó primero y que él contestó con su arma reglamentaria.
Melisa estaba tirada en el piso, mientras que el hombre estaba cerca de ella, antes de entrar en convulsión por la heridas que tenía en el tórax. Como es obvio, de inmediato se dio aviso al SAME, que trasladó a los dos policías hasta el hospital Iriarte.
La fiscalía que interviene en el caso, ordenó que se realizaran las pericias de rigor y que fueran secuestradas las dos armas utilizadas en el tiroteo, dos pistolas calibre 9 milímetro, marcas Taurus y Beretta.