Seis meses después de haberse jubilado el polémico ex juez federal Norberto Oyarbide volvió ayer a la mañana al edificio de Comodoro Py donde tuvo su despacho durante los últimos veinte años para ser interrogado como testigo, pero no fue muy memorioso y evitó dar precisiones.
Oyarbide estuvo ayer del otro lado del mostrador: fue a él a quien le hicieron las preguntas en la causa por la que se investiga al presidente de Boca y operador judicial de macrismo, Daniel Angelici, por tráfico de influencias, tras una denuncia que le hizo Lilita Carrió, una de las creadoras de la alianza Cambiemos.
El ex juez ya había declarado en la causa pero por escrito, porque lo hizo cuando aún ocupaba su cargo, pero su futuro corría peligro debido a los expedientes que tenía abiertos en el Consejo de la Magistratura.
Sentado ante el juez Sebastián Casanello, Oyarbide dijo que «mi desempeño como magistrado en el juzgado criminal federal 5 se había tornado de imposible cumplimiento pues caían sobre mi escritorio, si me disculpan la metáfora, lluvias de pedidos de juicio político», todos presentados por «una única persona, hago referencia a Elisa Carrió«.
Oyarbide fue citado otra vez como testigo luego de que en una entrevista con el diario La Nación dijera que recibió presiones y amenazas de juicio político durante todos los gobiernos.
Sin embargo, en la audiencia, ante el juez y los defensores de Angelici, Alejandro Pérez Chada y Osvaldo Tévez, Oyarbide negó conocer a Angelici y haber «recibido influencias».
«Enfáticamente se debe despejar la idea de haber recibido influencias, solamente ocurrió lo que expresé de que el clima laboral se había tornado tóxico y empezaba a sentir síntomas claros de una enorme perturbación nerviosa por el acoso sufrido como no he visto antes de parte de la señora Carrió«, argumentó.
«Quiero aclarar que, además de no conocerlo al señor Daniel Angelici, no me he comunicado con él bajo ninguna forma, ni telefónica ni por intermedio de otras personas ni por mails que no tengo, teléfono celular tampoco tengo y, si quiero ver algún partido de Boca, lo veo desde mi casa», agregó.
«Estoy hablando de profesionales en general, son ellos muy sutiles al momento de expresarse, buscan que yo pise el palito y anticipe la decisión a tomar dentro de una investigación para poder luego con éxito lograr mi recusación. No hubo más que eso», respondió cuando se le preguntó sobre las presiones a las que se refirió en la entrevista.
El 13 de abril pasado, el ex juez entregó en persona su renuncia al ministro de Justicia, Germán Garavano, que luego fue aceptada a través de un decreto firmado por el presidente Mauricio Macri y publicado en el Boletín Oficial, cuando el Consejo de la Magistratura se aprestaba a iniciar un proceso de juicio político en su contra.
Probablemente Oyarbide vuelva a declarar, pero como imputado. Fue imputado ayer por supuesto enriquecimiento ilícito, en una investigación a cargo del juez federal Sergio Torres, luego de haber sido imputado por el fiscal Jorge Di Lello.