Por Gabriela Oprandi.
«Lo hice cagar”, fue lo que le dijo a uno de sus vecinos el día que su hermano desapareció. Ese día, el 8 de abril de 2001, el condenado llevaba un arma con él y se lo notaba nervioso. Días más tarde, en el paraje cordobés Cerro Negro, todos buscaban a Miguel «El Gaucho» Vera. Desde entonces nada se supo de él. El miércoles último, Egidio Vera, de 58 años, confesó el crimen de su hermano, pero no dio detalles de cómo lo hizo, ni que hizo con el cuerpo. Por ese delito fue condenado a 12 años de prisión.
Odio, envidia y problemas familiares, fueron las causales del ataque contra su hermano. El fiscal que llevó a cabo la investigación, Eduardo Gómez, dijo a Crimen y Razón que se le hizo muy difícil investigar porque en el pueblo sólo vivían seis personas y todos fueron muy reticentes a la hora de brindar información.
“Nos llevó tanto tiempo porque ningún habitante del lugar quería hablar. Recién dos años después de la desaparición de la víctima, un testigo contó lo que le había dicho ese día el condenado. El testigo contó que se lo encontró al hombre y que estaba nervioso y que iba con un arma, y que le dijo: “Lo hice cagar”, pero luego lo amenazó y por eso este hombre no se animaba a hablar», señaló el fiscal.
Hasta el miércoles, Vera nunca había mencionado que tuviera algo que ver con el hecho. Declaró varias veces, pero siempre decía que la mujer de su hermano lo quería incriminar por problemas familiares, pero nada más.
Otra de las pruebas en las que se basó la Justicia para condenarlo fue el resultado de la autopsia psicológica que se le hizo a la víctima, que señalaba que un hombre de las características de “El Gaucho” nunca podría haber abandonado su casa.
Durante toda la investigación, y según contó el fiscal, sólo Victoria Cervantes Rey, viuda de la víctima, fue quien impulsó la causa, ya que la madre y las hermanas de los Vera, no aportaron nada. El fiscal Gómez, también recordó que en los comienzos de la investigación, el mismo condenado era quien los ayudaba a buscar a su hermano por el monte, y hasta le prestaba los caballos.
Ayer, la Cámara Tercera del Crimen de la ciudad de Córdoba, condenó a Vera a 10 años y nueve meses de prisión por el homicidio de su hermano, y unificó la pena con otra condena anterior que tenía el hombre por dos causas de robo de animales y encubrimiento.
El fiscal reconoció a este portal que fue el abogado defensor del imputado, César Martínez, quien le aconsejó a su cliente que reconociera el homicidio para tratar de morigerar la pena. Y para él y los investigadores, Vera asesinó a su hermano de dos balazos, lo enterró y luego lo quemó para borrar todas las pruebas.
La viuda de la víctima no quedó conforme con el fallo, ya que consideró que es el mismo tiempo que se tardó en que su cuñado sea llevado a juicio. Fue ella quien empezó a sospechar de su cuñado porque –según contó el fiscal- Vera se quedó con todos los bienes de su hermano y a ella la dejaron sin nada. El fallo condenatorio es el primero que se dicta en la provincia de Córdoba en un caso que no había cadáver ni arma homicida.