El senador nacional y expresidente Carlos Menem reiteró hoy ante el juez Carlos Villafuerte Ruzo una declaración presentada en la causa tiempor atrás en la que sostuvo que su hijo, fallecido en 1995, fue víctima de un atentado.
Menem ratificó así el escrito presentado en julio pasado, en la que afirmó que, en su opinión, Carlitos Menem junior pudo haber recibido «un disparo en la cabeza» momentos antes de que su helicóptero cayera en un descampado de San Nicolás, en 1995, y que en el hospital donde fue atendido se le habría «sacado el respirador (artificial) antes de tiempo».
La declaración de Menem tuvo lugar en su despacho de senador, en el Congreso de la Nación, ante la presencia del juez que investiga el caso y ante su exesposa Zulema Yoma, que solicitó estar presente por ser parte querellante y para quien «este fue el tercer atentado contra la Argentina», después de los que se perpetraran contra la Embajada de Israel y la AMIA, también durante la presidencia del ahora legislador por La Rioja.
A la salida de la cita, la exprimera dama reveló que Villafuerte Ruzo se ofreció a -si ella lo solicitaba formalmente- ordenar un ADN a las partes del cuerpo de Carlitos Menem que están en la Morgue Judicial y las otras que están sepultadas en el Cementerio Islámico.
Ese ofrecimiento del juez es consecuencia de las declaraciones que realizó Zulema Yoma semanas atrás en las que sostuvo que habían sido cambiados alguno de los restos de su hijo fallecido en 1995.
El magistrado llegó esta mañana a la sede del Legislativo nacional por pedido del fiscal Matías Di Lello, quien le ofreció a Menem la posibilidad de elegir dónde quería prestar declaración presencial, tras haberlo hecho por escrito el 8 de julio pasado.
En ese texto, por primera vez, el exmandatario aludió al «atentado», contrariando lo que había asegurado hace 19 años atrás, después de la muerte de su hijo y del piloto automovilístico Silvio Oltra.
«Luego de indagar y estudiar los hechos y circunstancias que rodean la causa -aunque inicialmente no fue así- llegué a la conclusión de que la ca¡da del helicóptero, y la consecuente muerte de mi hijo, fue el resultado de un atentado», afirmó en ese escrito.
La causa se había cerrado en octubre de 1998 sin advertir un delito, y se había archivado, lo que no significaba que pase a cosa juzgada, sino que estaba sujeta a la aparición de cualquier nuevo elemento para reabrir sumario, según explicó el juez de San Nicolás.