Por Rafael Saralegui
Reconstruir cómo fue el ingreso de los gendarmes en la Pu Lof en Resistencia del departamento Cushamen el 1° de agosto, el día que Santiago Maldonado fue visto por última vez, es clave para poder descubrir qué fue lo que pasó con el joven artesano desaparecido.
Uno de los mapuches, Matías Santana, declaró ante el juez Guido Otranto haber visto a tres gendarmes golpear a un compañero en la costa del río Chubut y ver cómo lo subían a un camión Eurocargo que había ingresado en el predio. Luego dijo que vio cómo lo pasaban a una camioneta que salió rumbo a Esquel.
La posición de los gendarmes fue cambiando con el correr de los días. La ministra Patricia Bullrich dijo en el Senado el 16 de agosto que no iba a tirar a ningún gendarme por la ventana y que no habían existido contacto entre los mapuches y los gendarmes que habían entrado en el predio.
Sin embargo, en esas mismas fechas los gendarmes declaraban en actuaciones internas, que luego fueron llevados por funcionarios del Ministerio al juez que habían llegado hasta el río y uno de ellos, identificado como Neri Armando Robledo, según consignó La Nación, dijo que le había pegado un piedrazo a uno de los mapuches.
Los mapuches dijeron que fueron atacados con piedras, tiros de escopeta y de pistola. La fuerza de seguridad sostiene que las escopetas sólo dispararon balas de goma. Pero los mapuches aseguran que las escopetas estaban también cargadas con perdigones de plomo.
En la causa hay incorporadas imágenes de los gendarmes dentro del predio mapuche. La Gendarmería dijo que no pudo filmar todo el procedimiento, una práctica habitual.
Entre las imágenes que circularon en los últimos días se puede ver a un gendarme, identificado como Emmanuel Echazú, con una escopeta en la mano, cuando vuelve de la costa del río. Echazú declaró el sábado ante el juez Guido Otranto como testigo, pese a que podría haber estado involucrado en el hecho.
Según informó el viernes Infobae, en las fotos que hay en la causa se ve a gendarmes con piedras y hachas. Pero llama la atención la imagen del gendarme de la escopeta, que luego aparece en otros videos.
Hace unos días, Clarín sostuvo que «los investigadores centran sus sospechas sobre uno de los oficiales que participó del operativo del 1 de agosto. Se trata del subalférez Emmanuel Echazú, el gendarme que fue herido a los pocos metros de poner un pie sobre el territorio ocupado en Cushamen».
El diario que ha repetido las hipótesis del Gobierno en forma sistemática añade que «Echazú recibió el impacto de una pedrada que le provocó una doble fractura de mandíbula alrededor de las 11.30 en el arranque del operativo que condujo el comandante segundo del Escuadrón 36, Juan Pablo Escola».
El diario justifica una eventual reacción de Echazú cuando señala: «Los investigadores creen que era la única persona con una motivación muy fuerte para matar a alguien. Estaba mal herido, es joven, fuerte y pudo agarrar a uno de los integrantes del Lof y atacarlo con una piedra ya que no iban armados”, dijo una alta fuente».
Pero lo cierto es que Echazú estaba armado y vuelve desde la costa del río con una escopeta en la mano derecha, con el cañón del arma hacia atrás, según se lo ve en las imágenes. ¿Tuvo un contacto cuerpo a cuerpo en la costa del río y allí resultó herido?
La Gendarmería entregó al juez cuatro escopetas que supuestamente se usaron en el operativo. Pero las escopetas no pueden ser peritadas, no pueden aportar ningún dato balístico, como ocurre con una pistola, un revólver o un fusil, por ejemplo.
Otro detalle llamativo es que en los rastrillajes que se hicieron en el terreno no se secuestraron cartuchos. Los mapuches se sacaron fotos con cartuchos, pero esas imágenes no tienen valor judicial.
«Si la escopeta fue peritada, fue entregada por los gendarmes, no fue secuestrada por el juez. De todos modos, desde el lado de la balística no se va a aportar nada. El peritaje sólo dirá si fue disparada o no», indicó una fuente vinculada a las querellas.
“La lastimadura de Echazú es dudoso que sea por una pedrada. Así lo reflejan algunos testigos, no es algo certero”, afirmó el defensor Fernando Machado. “Uno de los testigos manifiesta que cuando lo ve a Echazú antes de que lo atendiera el enfermero, Echazú venía del lado de la orilla del río y tenía una suerte de raspón”, agregó. La hipótesis es que la herida podría haber sido provocada en una pelea cuerpo a cuerpo.
La Gendarmería dijo que sólo ingresaron en el predio gendarmes con escopeta. Sin embargo, el viernes declaró en la causa el conductor del camión Eurocargo que ingresó en el predio. «El conductor dijo que tenía su pistola 9 milímetros. Y los mapuches dijeron que también les habían disparo con pistolas de ese calibre», agregó la fuente.
Lo que no queda claro es si es una pistola provista por la fuerza o particular. Pero un detalle importante es que la Gendarmería no declaró que esa pistola había sido llevada al procedimiento.