Al Gobierno del presidente Mauricio Macri se le abre una oportunidad que difícilmente se volverá a repetir en los dos años que le quedan de mandato. Podrá proponer a la mitad de los integrantes de un tribunal clave, estratégico, para las causas con ribetes políticos y de gravedad institucional.
Macri podrá nombrar a los tres integrantes de la Cámara Penal Federal, uno de los tribunales con mayor peso de todos los que se desempeñan en el edificio de Comodoro Py 2002, en Retiro.
La Cámara Federal está integrada por seis jueces, que se dividen en dos Salas. La mitad de esos cargos están vacantes. Ayer se conoció que el más antiguo de los jueces de la Cámara, Horacio Cattani, presentó su renuncia al cargo a partir de febrero, después de un largo período de licencia por enfermedad. Cattani es uno de los camaristas más respetados del fuero. E integró la Sala II en los tiempos del menemismo, cuando muchos jueces eran obsecuentes con el poder de turno, y desde allí le ponían algunos frenos al Gobierno.
A la salida de Cattani debe sumarse la del camarista Eduardo Freiler, quien fue destituido el año pasado por el Consejo de la Magistratura, luego de que no pudiera justificar sus gastos ni su nivel de vida. La salida de Freiler era uno de los objetivos del Gobierno, por considerarlo un objetivo emblemático, ya que se lo consideraba como perteneciente al kirchnerismo.
La otra vacante que debe cubrirse se originó hace diez años: en 2007 renunció a su cargo el el camarista Gabriel Cavallo, quien se fue a trabajar al ámbito privado y llevó varios casos para el grupo Clarín. Ese puesto es reemplazado en forma interina por el juez Eduardo Farah, juez de un tribunal oral, que oficia como subrogante.
Según precisa el diario Ambito Financiero, el el Consejo de la Magistratura envió al Poder Ejecutivo en noviembre de 2017 la terna del concurso 212 para elegir al nuevo camarista, que deberá obtener el respaldo de la Cámara de Senadores. Macri deberá elegir entre “el juez de tribunal oral Julio Cesar Báez, el abogado Domingo Esteban Montanaro, y el secretario Mariano Llorens para ocupar ese puesto y remitir el pliego del candidato a los senadores. Este último es quien suma las mayores chances para desembarcar en el cargo luego del trámite parlamentario”.
El Consejo de la Magistratura, donde el oficialismo tiene mayoría deberá decidir si confirma a Farah en la Cámara Federal y a Leopoldo Bruglia, también juez de un tribunal oral y subrogante en la Sala I de la Cámara Federal, por decisión del Consejo. Los dos camaristas originales son Jorge Ballestero y Martín Irurzun, presidente además de la Cámara y uno de los jueces con más poder.
Con las salidas de Cattani y Freiler quedan dos cargos vacantes, que deberían cubrirse por concurso. Aunque también es posible que el Consejo apele a las subrogancias, como en los casos de Farah y Bruglia. Este último ya pidió al Consejo el pase permanente desde el tribunal oral a la Cámara Federal.
Ya hay un antecedente en esa línea. El Consejo decidió el traslado de Carlos Mahíques, desde la Cámara de Casación Penal ordinaria, a la Cámara de Casación Penal Federal, luego de un fugaz paso como ministro de Justicia de la Gobernadora María Eugenia Vidal. Mahíques es el padre de Juan Bautista Mahiques, el representante del Poder Ejecutivo en el Consejo de la Magistratura, donde el oficialismo tiene mayoría.