Por Javier Sinay
“Hay interrogantes que siguen pendientes a propósito de Luciano Arruga, y que requieren explicación”, dijo Horacio Verbitsky en la conferencia de prensa que brindó en el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) –que él dirige– este viernes 17, junto a Vanesa Arruga, la hermana del chico desaparecido el 31 de enero de 2009 y hallado hoy sin vida en una fosa común del cementerio de Chacarita. “Su hallazgo no modifica de ninguna manera el hecho previo de la detención, de las torturas, de la extorsión que los policías del destacamento de Lomas del Mirador practicaban sobre este chico y sobre otros para que robaran para ellos con la amenaza de muerte si no lo hacían. Esta es una práctica generalizada en la provincia de Buenos Aires, una forma de tratamiento del Estado a los varones jóvenes de sectores populares”.
Luciano Arruga murió atropellado por un auto avenida General Paz y Emilio Castro, en la Capital Federal, tres horas después de haber desaparecido en Lomas del Mirador. Según la causa judicial, Arruga fue atropellado cerca de un destacamento policial, fue llevado luego al hospital Santojanni y finalmente fue enterrado como NN en el cementerio de la Chacarita.
“En estos seis años, la familia insistió para que se hicieran todas las averiguaciones porque había y sigue habiendo motivos de sospecha sobre el comportamiento de la policía bonaerense en este caso”, siguió Verbitsky. “Según las constancias que pudimos ver, la misma noche de su desaparición, Arruga fue atropellado por un auto en un lugar adonde hay un destacamento de la policía, que no es un lugar habitual para cruzar. El que tiene que cruzar, no cruza por ahí”.
En la conferencia de prensa, se dijo más de una vez que las investigaciones deberían haber resuelto el hecho mucho antes. “Esto requiere una explicación que nosotros vamos a tratar de darle a la familia y a la sociedad, acerca de qué es lo que pasó”, dijo Verbitsky. “Estos seis años muestran la relación de discriminación de la Justicia y de las instituciones con los jóvenes pobres como Luciano Arruga. Esto no hubiera pasado si el chico hubiera desaparecido en Palermo Rúcula y si hubiera sido de la clase media porteña. Hay un componente de discriminación y de violencia institucional.”
La investigación avanzó definitivamente cuando en julio el juez Salas dio curso a un habeas corpus presentado por el CELS en abril y el Ministerio de Seguridad de la Nación tomó cartas en el asunto, trazando una compulsa de la totalidad de los libros matrices de la Superintendencia de Policía Científica para encontrar cuerpos que no estuvieran identificados. A través de un informe pericial que lleva el número 56, parte de las huellas tomadas en el destacamento de Lomas del Mirador el 22 de septiembre de 2008 (el día en que Arruga fue detenido y golpeado) fueron cotejadas con las del cadáver NN que el 3 de febrero de 2009, que fue registrado por la Superintentendencia de la Policía Federal en la morgue judicial. Con esos elementos, el Ministerio de Seguridad de la Nación estableció la identidad de ambos juegos de huellas. “Esto hace más patente todavía la falta de voluntad que hubo hasta hace tres meses”, dijo Verbitsky. “Aquí no hubo un problema de recursos ni de capacidad técnica”.
“Vencimos: eso es lo que se me viene primero a la mente, vencimos a la desidia, a la impunidad, a la mirada discriminadora y criminalizante que hay hacia los jóvenes”, dijo por su parte Vanesa, hermana de Luciano Arruga y motor de la búsqueda durante todos estos años. “Falta que este proceso de investigación termine con las pruebas que se tengan que hacer para confirmar que ese cuerpo es de mi hermano. Cuando las pruebas genéticas digan que ese chico es Lucuiano Arruga, nosotros como familiares cerraremos una etapa y lograremos el objetivo. Yo tenía el objetivo de encontrar a mi hermano. Lo encontré”.
Vanesa Arruga dijo que seguirá denunciando la “criminalización hacia los jóvenes” y la violencia institucional. “Todo este proceso nos tiene que replantear el poco valor que se le da a la vida de los pobres, como sociedad”. Arruga dijo que cinco días después de la desaparición de su hermano, su familia confeccionó un habeas corpus que fue rechazado por el juez Gustavo Blanco, del juzgado de Garantías número 5 de Morón. “Ahora necesitamos saber la verdad y aclarar el panorama y por eso vamos a seguir: esto ya no tiene que ver con Luciano, sino con la problemática de violencia institucional, con cambiar la mirada. Los pobres tenemos derecho”.