La Agencia Federal de Inteligencia (AFI) presentó ante la jueza María Eugenia Capuchetti una serie de audios de conversaciones de integrantes de la agrupación Revolución Federal en la que hablan del ataque que sufrió la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner y de matar al presidente Alberto Fernández y al diputado nacional Máximo Kirchner.
Se trata de una agrupación ultraviolenta que llevó adelante actos de carácter intimidatorio contra el gobierno, a algunos de los cuales asistió Brenda Uliarte, una de los cuatro detenidas por el intento de homicidio de la presidenta del Senado.
El interventor en la AFI, Agustín Rossi, dejó anoche un escrito en el juzgado con el objetivo de que se investigue si ese grupo tiene vinculación directa con el atentado contra CFK ocurrido el 1 de septiembre, cuando Fernando Sabag Montiel gatilló dos veces contra la expresidenta.
El escrito señala que durante una transmisión en vivo realizada en la red social Twitter el 26 de agosto, bajo el título “hay que pudrirla?” adelantaron lo que sucedería días después.
«Hoy por ejemplo veía como Cristina saludaba a La Cámpora y a la militancia y decía, lástima que a mí ya me conocen la cara porque sino sabes cómo me infiltro ahí una semana y espero que baje…Pero yo te juro…si a mí no me conocieran los nenes de La Cámpora yo voy te canto ahí la marcha peronista 7 días seguido y en cuanto puedo pasa a la historia. Después me linchan. Pero pasa a la historia”.
Durante las casi dos horas de charlas en contra del Gobierno continuaron con amenazas contra el Presidente de la Nación.
«No lo escucho porque me violenta, encima viejo hijo de puta viaja en helicóptero porque si viaja en auto te juro que me planto en cualquier lado, que me pise pero se lo abollo todo y se lo cago tanto a patadas, se lo prendo fuego hijo de puta viaja en helicóptero y yo una bazuca no tengo” y continúa: “Lamentablemente a Alberto hoy no me lo voy a cruzar en la calle, me lo voy a cruzar en algunos años, en algunos años yo sé que me lo voy a cruzar y voy a hacer patria”.
Otro tramo de la presentación hace referencia a un diálogo entre dos integrantes de esa organización, Jonathan Ezequiel Morel, de 23 años, y Franco Ezequiel Castelli, de 26 años.
De acuerdo a la desgrabación que la AFI adjuntó como material de prueba, Morel y Castelli mantuvieron el siguiente diálogo:
Morel: «¿Pasás todos los días por la casa de Máximo?»
Castelli: «Sí, soy de Santa Cruz, de acá».
Morel: «Uhh, como no lo mataste, boludo?»
Castelli es un soldado voluntario con destino en Río Gallegos y Morel, es uno de los fundadores de Revolución Federal, quien en un reportaje con Chiche Gelblung por Radio del Plata dijo tener una carpintería y que realizó un trabajo para un fideicomiso en Neuquén para el grupo Caputo. Según Página 12 publica hoy no se trata de Nicolás Caputo, el amigo de Mauricio Macri, sino de los hermanos de Luis Caputo, exministro de Finanzas de Macri.
En el reportaje con Gelblung, Morel dice que el trabajo le llegó por una diseñadora. El pago habría sido de $1.750.000. «En realidad, la razón social Caputo Hermanos pertenece a un desarrollo inmobiliario con sede en San Isidro, en la zona donde estaría instalado el negocio de Morel. La firma está ligada a los hermanos de Luis Caputo, el exsecretario de Finanzas de Macri y primo de Nicolás», consigna Página 12.
El financiamiento de este grupo y de los integrantes de «los copitos», los vendedores de algodón de azúcar que integran Uliarte, Sabag Montiel y Nicolás Carrizo, el último detenido, será tarea de la Justicia.
En esa línea, la presentación de la AFI ante la jueza Capuchetti sostiene: “El deseo expresado y la forma de realizarlo, es exactamente lo que ocurrió, es decir, una persona infiltrada entre el grupo de simpatizantes que aprovechó la oportunidad en que la mandataria bajo a saludarlos para realizar su conducta criminal. Dicha acción expresamente manifiesta por Jonathan Morel entendemos merece ser investigadas por su posible vinculación y relevancia penal en la presente causa”.