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Los violentos antecedentes del nuevo jefe de la Policía de la Ciudad

Carlos Kevorkian fue nombrado en lugar del acusado José Potocar. Sus antecedentes con un operativo donde hubo un hincha muerto en el año 2005.

Kevorkian, el nuevo jefe de la Policía de la Ciudad.

Kevorkian, el nuevo jefe de la Policía de la Ciudad.

Después del papelón con el primer jefe de la Policía de la Ciudad, José Potocar, acusado de cobrar sobornos a comerciantes y trapitos, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, presentó el miércoles a los nuevos jefes de la fuerza, Carlos Kevorkian y Gabriel Berard, quienes se desempeñaban como subjefe de la fuerza local y como superintendente de Operaciones, respectivamente.

Kevorkian pasará a ser la máxima autoridad en reemplazo de Marcelo D´Alessandro, el secretario de Seguridad del gobierno que asumió en forma interina tras la renuncia, en mayo pasado, de José Potocar, tras haber sido detenido por el fiscal de Saavedra, José Campagnoli, acusado de ser parte de una asociación ilícita dedicada a la extorsión y los negocios privados. Mal comienzo para la nueva fuerza.

Pero el nombramiento de Kevorkian también comenzó a hacer ruido, cuando comenzaron a circular sus violentos antecedentes como oficial de la Policía Federal, fuerza a la que perteneció antes de sumarse a la Policía Metropolitana, que luego se convirtió en la Policía de la Ciudad, tras la fusión.

«Al frente de la Policía de la Ciudad acaban de poner a un amigo del ‘Fino’ Palacios. Como no podía ser de otra manera se trata de otro delincuente amigo del gatillo fácil. Además para completarla en la nómina de ascensos policiales, va segundo Gabriel Berard, uno de los que comandó el violento operativo del 18 contra los manifestantes que protestaban en Congreso contra la reforma previsional. Más crimen organizado y represión que nunca», dijo el legislador Patricio del Corro (FIT-PTS).

Kevorkian fue el responsable de un operativo de seguridad en un partido de Defensores de Belgrano, en el año 2005, que terminó con un hincha de ese club muerto. Pese a las acusaciones, todos los oficiales de la Federal que participaron de la represión terminaron sobreseídos por la Justicia penal.

“Los dos que manejaban el patrullero en el que llevaron a mi hijo quedaron pegados pero están libres. El policía que llevaba una manopla fue sobreseído y me dijeron que está trabajando en la Metropolitana. Se llama Leandro David Quiroz. Kevorkián no sirve para nada, es un tipo que se ampara en el poder que le da la chapa y la pistola”, declaró en el año 2009, el padre de Fernando Blanco, el padre del hincha fallecido.

«Lejos de haber sido juzgado por este hecho, Kevorkian junto a otros integrantes implicados en el asesinato de Fernando Blanco fueron trasladados, no al penal, si no a las comisarías de la ciudad para ser parte de lo que en su momento había sido la Policía Metropolitana, hoy la Policía de la Ciudad», consignó La Izquierda Diario.

«Ese mismo año, (2009) el por entonces jefe del Gobierno porteño Mauricio Macri (actual presidente) en una resolución designó a Kevorkian como coordinador general de la Policía Metropolitana, cargo que desempeñó hasta ahora», agrega la publicación.

«Una carrera policial en Argentina supone tres décadas de servicio activo. Pero por algún milagro de la persistencia, Kervokian lleva ya 46 años con uniforme y chapa. Primero en la Federal, después en la Metropolitana y finalmente en la Policía de la Ciudad. Por lo tanto, es un pedazo de historia viviente: desde que egresó en 1970 de la Escuela Ramón Falcón, supo transitar en patrullero dos dictaduras cívico-militares (la de Lanusse y la de Videla con sus sucesores), junto con la virulenta etapa constitucional de Cámpora, Perón e Isabel y, claro, todos los gobiernos democráticos surgidos a partir de 1984»,consigna el colega Ricardo Ragendorfer en Nuestras Voces.

«De modo que en sus años mozos integró la temible Superintendencia de Seguridad Federal, la élite policíaca más destacada del país durante el imperio del terrorismo de Estado. Y bajo las órdenes del comisario Juan Lapuyole –un alfil del general Albano Harguindeguy–, quien con Carlos Gallone y Miguel Ángel Timarchi dirigía el Grupo de Tareas 2 (GT2) que operaba bajo la órbita del Batallón 601. Allí el joven Kervokian hizo amistad con otro sabueso de fuste: Jorge “Fino” Palacios. Ellos serían inseparables», agrega Ragendorfer.

El Fino Palacios, primer jefe de la Metropolitana, amigo del presidente Macri, está actualmente en juicio oral por encubrimiento en el atentado de la AMIA. Su viejo amigo es el nuevo jefe de la fuerza policial más nueva del país, pero la misma historia continúa.