El giro de 180 grados propiciado por el Grupo Clarín en cuanto al supuesto extorsionador Marcelo D´ Alessio podría tener explicaciones que van más allá de simplemente querer desprenderse de un ex aliado incómodo.
D´ Alessio se movía a sus anchas con dicha plataforma multimedia, con la firma de columnas en Clarín y frecuentemente entrevistado en TN y Radio Mitre, como experto en seguridad y temas de narcotráfico.
Ni bien explotó el escándalo que lo involucra con el fiscal federal Carlos Stornelli, los editores del diario comenzaron a firmar columnas tildando a D´´ Alessio de mitómano y fabulador. También pusieron en marcha una campaña para rescatar al periodista Daniel Santoro, por estas horas temeroso de quedar preso por su estrecha cercanía con el falso abogado procesado y detenido.
En torno a las pesquisas sobre los celulares del supuesto abogado flota el dato de que en esos aparatos estaría la constancia de múltilples conversaciones entre D´Alessio y Pablo Casey, importante directivo del Grupo Clarín y sobrino de Héctor Magnetto.
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Casey se terminó de convertir en el principal lobbista del Grupo cuando estalló la guerra por la Ley de Medios que impulsaba el kirchnerismo. Allí pasó a primera línea de dicha corporación pero siempre jugando en las sombras y habitualmente guiado por el abogado Gabriel Cavallo, ex juez federal.
Casey ha estado involucrado en sucesos clave de la vida política nacional. Aparte de la Ley de Medios, se habla de un rol muy activo en la primera mitad del gobierno de Mauricio Macri desde el Enacom en manos de Oscar Aguad (situación en la cual Clarín salió ganador al permitirse la fusión con Cablevisión), la promoción de Carlos Rosenkrantz a la Corte Suprema y la prisión de Cristóbal López.
El comentario en el edificio de la calle Piedras es que en realidad quien contactó a Daniel Santoro con D´Alessio fue Casey, algo que el periodista jamás admitiría en público. Cuando Alejandro Fantino le preguntó sobre este punto no quiso extenderse en explicaciones y usó el argumento de la mancha venenosa.
Luego la amistad siguió entre ellos dos y sus respectivas esposas, como consta en la investigación de Horacio Vertbisky, que destapó el escándalo con la extorsión al productor agropecuario Pedro Etchebest.
Ese nexo explica la voltereta editorial del Grupo y su estrategia de hacer quedar al supuesto agente como un estafador.
Tal vez el detalle más inquietante: quienes trabajan en la causa aseguran que la semana antes de que estallara el escándalo habría habido aproximadamente diez llamadas entre Casey y D´Alessio. Y en el mes previo el número asciende a 20.