Por Ignacio Ramirez.
Los partes oficiales y las carátulas de las causas judiciales prefieren nombrarlo como “robo en ausencia de moradores”. El mundo del hampa, los caranchos de los ajeno, prefieren llamarlo el arte del escruche. El modus operandi de este delito es robar en una propiedad privada en ausencia de sus moradores, violando puertas, ventanas, o cualquier otra barrera. Actualmente son bandas de delincuentes sofisticados que saquean campos, departamentos, oficinas, locales, o casas en barrios cerrados.
En la ciudad de Buenos Aires, el 80 por ciento de los robos tienen el sello escruchante. En el 2013, 533 causas fueron iniciadas por este delito y la presencia de “escruchantes” colombianos fue un verdadero problema en la Capital Federal. Más de 100 delincuentes de esa nacionalidad fueron detenidos. Esta modalidad de robo aumentó 33% en los últimos meses respecto a diciembre. Un detalle llamativo es que los damnificados pocas veces realizan las denuncias, pero en paralelo, invierten dinero en mayores medidas de seguridad hogareña. Solo en el 5% se llego a detener a la banda.
«Bandas complejas, que ya saben que no roban nada que ya no tengan vendido o reducir. Es un delito que nació sin armas, y gente. Solo importa robar, y salir. Robos nn, investigaciones nulas durante los 365 días. Hay 70 fiscalías y es un delito que rara vez tiene prospera, se diluye», indica Gabriel Iezzi, abogado penalista de compañías de seguros.
Los especialistas recomiendan no informar sobre viajes personales en las redes sociales y además tomar medidas de autocuidado para prevenir posibles robos.
En la mayoría de los robos no se ejerce violencia, los ladrones entran y salen sin dejar huellas, sin ser percibidos, por vecinos ni el portero. Los delincuentes seleccionan el objetivo previa inteligencia e irrumpen tras forzar las cerraduras con barretas, o directamente con llave clonada de entrada de la vivienda.
Para esta modalidad, cuentan con un “datero”, o empleado infiel, que es quien acerca coordenadas de los habitantes. En otros casos, son inquilinos infieles.
La mayoría de las puertas de acceso de los edificios poseen cerraduras fácilmente “clonables”. Son las llaves más baratas del mercado, las llaves planas de bronce con un costo de 30 pesos, mientras que una de alta seguridad, de duplicación controlada triplica el costo de las convencionales. Los escruchantes copia llaves tienen como objetivo solo la llave de entrada del departamento o torre. El resto, será barreteada o vulnerada facilmente. Esto significa que el delincuente en menos de un minuto puede hacerse de una llave de ingreso sin violentar la cerradura, y sin que nadie perciba el momento previo al que actuaran los delincuentes.
Las empresas de seguridad y la Cámara Inmobiliaria Propiedad Horizontal alertan sobre el aumento de este tipo de delitos. Además de la prevención primaria, el autocuidado en redes sociales es fundamental. Los escruches, cambiaron la manera de pensar de las empresas de monitoreo o seguridad.