«De los doce policías que estaban arrestados, que era en una situación provisoria, sin imputación, quedaron detenidos seis y recuperaron su libertad otros seis», dijo el secretario de Control de Seguridad de Santa Fe, Matías Drivet. Se refirió así a la situación de los policías acusados de haber crucificado a un joven en la localidad cordobesa de San Francisco luego de haberlo detenido en territorio santafesino, en la localidad de Frontera.
El funcionario señaló que, a su vez, «el fiscal (Martín Castellanos) ordenó la detención de dos personas más, también agentes policiales, que no estaban en ese primer grupo de arrestados».
Según Drivet, todos los policías imputados pertenecen a la comisaría de la localidad santafesina de Frontera, lindante con San Francisco, y fueron «pasados a disponibilidad».
«Por supuesto que en la medida que los hechos se comprueben y puedan determinarse los responsables, nosotros vamos a resolver esas situaciones de la manera que corresponda, que será aplicando el máximo rigor de la ley», afirmó el secretario.
Drivet precisó que «hay imputados por distintos delitos» como «apremios ilegales, vejaciones, privación ilegítima de la libertad agravada, incumplimiento de los deberes de funcionario público agravado, falsedad ideológica agravada y falsedad documental».
El hecho ocurrió el jueves último, cuando Víctor Robledo (27), oriundo de Frontera, apareció en la vía pública de San Francisco con los ojos vendados, atado a una madera y con un cartel que decía «no robarás».
Tras ser rescatado por la policía cordobesa, el joven apuntó contra los efectivos de la comisaría de Frontera como lo autores del hecho.
«Lo que hicieron los policías de Frontera no tiene moral, ni nada. No sirve. Quiere decir que un ser humano que trabaja no vale de nada para la Justicia», explicó el propio Robledo en declaraciones a la prensa.
«No sé por qué me hicieron eso. Me llevaron de mi casa cuando me levanté a las siete de la mañana. Habían dicho que yo había forcejeado con alguien a la noche. Nada que ver. Yo estaba con mi familia», añadió.
Luego, Robledo contó que lo «tuvieron todo el día encerrado» y que cuando lo «largan se cagaban de risa».
«Ellos mismos me sacaron y me dejaron en ese lugar donde me pegaron. Los patrulleros de San Francisco me llevaron al hospital. Se portaron muy bien conmigo», concluyó el joven.
Por su parte, Drivet consideró que «el hecho es de extrema gravedad, haya habido o no golpes, por consiguiente corresponde actuar con el máximo de severidad legal».
«La víctima había sido detenida el 21 del corriente por denuncia de un particular y luego fue ordenada su libertad por parte de un fiscal ese mismo día» recordó el secretario, y aclaró que el joven «no estuvo en la comisaría de Frontera por ese hecho» de acuerdo a lo que tienen «documentado», y agregó que, de todos modos, habrá que verificarlo.