Los dos jóvenes que estaban detenidos por el crimen del repartidor de pizza que hace dos semanas murió tras una pelea en una plaza del barrio de Palermo fueron liberados y sólo uno de ellos quedó imputado, pero por un homicidio cometido sin intención.
Fuentes judiciales informaron a la agencia Télam que el juez de instrucción porteño Alberto Baños determinó que la muerte de Sebastián Sánchez Guevara (26), ocurrida el pasado 4 de noviembre en plaza Intendente Seeber, frente a la embajada de Estados Unidos, fue un «homicidio preterintencional», un delito excarcelable que tiene una pena de entre 1 y 6 años de cárcel.