Por Rodolfo Palacios.

Es uno de los delitos más viejos: hace más de cien años aparecía retratado en las crónicas policiales de Roberto Arlt y en un sainete de Alberto Vacarezza que se llamaba “Los escruchantes”. Aun en el siglo XXI, el del escruche –entrar a robar en una casa cuando está vacía- sigue siendo una de las actividades más redituables del hampa. Se estima que cada semana son desvalijados unos 30 departamentos.

“Esta es una de las fechas en la que este delito está en auge. En verano o durante las vacaciones de invierno, los delincuentes buscan casas o departamentos que quedan deshabitados para robar dinero y electrodomésticos”, dijo una fuente de la Policía Federal.

La semana pasada, en Colegiales hubo cuatro hechos bajo esta modalidad. Dos ocurrieron en la misma cuadra: Amenábar y Jorge Newbery. En uno de los casos, un hombre que se hacía pasar por un vendedor ambulante y repartidor de panfletos, entró en un edificio y desvalijó un PH.

Se roban 30 departamentos por semana en la ciudad de Buenos Aires.

“El ardid que usan muchos escruchantes es simular que venden productos o reparten folletería casa por casa, pero en realidad de esa manera ven los movimientos de cada lugar y eligen la casa más conveniente para entrar”, dice una fuente de la División Robos y Hurtos de la Policía Federal. En el hurto calificado de Colegiales, el ladrón se llevó electrodomésticos y dinero en efectivo, después de revolver toda la casa. Además recorrió la terraza e intentó entrar en otras dos propiedades, pero no pudo porque estaban deshabitadas porque están en obra. Antes de irse, el ladrón dejó un mensaje: “Gracias por ayudarme a comer”.

Cuando los damnificados hicieron la denuncia, los policías de la comisaría 31ª de la Policía Federal, fueron sinceros: “Estamos de gira porque están robando muchas casas y edificios. Es probable que sean parte de una banda. El otro día uno de los ladrones se hacía pasar por vendedor de desodorantes de inodoro. Muchos de ellos no son profesionales y dejan huellas, pero eso no garantiza nada. Hay tantos casos que un hurto de este tipo pasa a segundo plano”.

Colegiales es uno de los barrios más castigados por este tipo de robos. Hace unos meses, cuatro departamentos de Palpa y Cabildo fueron robados en ausencia de sus ocupantes.

“En estos casos, lo más probable es que el escruchante haya visto salir a los habitantes de la vivienda o que directamente haya tocado timbre y al no obtener respuesta, pudo entrar.  En otros casos, consiguen hacer una copia de la llave de entrada o directamente se aprovechan de una situación insólita pero real: hay puertas de entrada de edificios que son mal cerradas o directamente no cierran bien. Los edificios que no tienen portero, son los preferidos por los malvivientes. Hay robos que parecen regalados”, analizó una fuente policial.

“Por favor, asegúrese de cerrar la puerta con llave”, es el cartel que aparece en un edificio de Charcas y Scalabrini Ortiz, donde los escruchantes vaciaron dos departamentos hace casi un mes. Este delito también se da en barrios con mayor seguridad, como Puerto Madero, donde en un año desvalijaron unos diez departamentos. Este dato es llamativo porque la mayoría de los edificios cuenta con cámara de seguridad, guardias privados y se accede con llave magnética o electrónica.

“Los feriados, los fines de semana o durante las vacaciones, son las fechas propicias para que actúen estos delincuentes. En general no andan armados y son hábiles, pero si encuentran oposición es obvio que van a lastimar. También entran por los techos o las terrazas, muchos de ellos son hombre araña. Un perro guardián o una alarma pueden ser una solución a este problema”, dijo a CyR el comisario retirado  y especialista en seguridad, José María Irrera.

Las últimas estadísticas sobre robo de edificios que se difundieron son de agosto de 2012. Según el secretario de Seguridad de la Nación, Sergio Berni, en ese mes fueron asaltados 250 departamentos. Es decir, un promedio de 8 por día. Además afirmó que desde hace un año patrullan las calles “brigadas de observación”, que son policías de civil que buscan evitar el robo de departamentos. En los últimos dos años fueron detenidos más de cien colombianos que operaban con bandas profesionales. “A los colombianos se los ha estigmatizado. La mayoría de los escruchantes son argentinos”, razonó un detective de la Federal. Entre los barrios más afectados figuran  Palermo, Núñez, Belgrano, Saavedra, Villa Urquiza, Villa Crespo, Colegiales y Recoleta.