| En Rafael Castillo

Ladrones «confundidos» matan a un chico de un tiro en la cabeza

Pensaron que era el auto de un productor de seguros a quien poco antes le habían robado 160 mil pesos. Creyeron que los perseguían y le dispararon.

Un adolescente fue asesinado de un tiro en la cabeza por cuatro delincuentes que confundieron la camioneta en la que viajaba con su padre con la de un productor de seguros, al que acababan de robarle 160 mil pesos en la localidad bonaerense de Rafael Castillo.

El hecho ocurrió en la noche del miécoles alrededor de las 20, en la esquina de Comandante Granville y Albarracín, del barrio Los Pinos, de Rafael Castillo, en el partido bonaerense de La Matanza, donde la víctima pasaba con su padre en dirección al club «12 de Octubre», de Isidro Casanova, en el que jugaba.

Todo comenzó poco antes, cuando los cuatro asaltantes armados estacionaron un Citroën C4 negro en el que se movilizaban frente a la puerta de una vivienda.

Según dijeron los voceros, se trataba la casa de un hombre de apellido Irrazábal, quien dirige una productora de seguros en una oficina adyacente.

Los delincuentes aparentemente contaban con el dato de que ese día había mucho dinero guardado en el comercio, por lo que esperaron a que un albañil que trabajaba en la vivienda de Irrazábal saliera y dejara la puerta abierta para irrumpir en la propiedad sin que éste lo advirtiera.

Una vez adentro, caminaron hasta la oficina de la compañía de seguros, sorprendieron a Irrazábal y a su empleada y, bajo la amenaza de dispararles, les ordenaron que abrieran la caja y les dieran la recaudación.

Momentos después de haber ingresado, los ladrones salieron nuevamente a la calle con una suma que, según dijo la víctima dijo a las autoridades, ascendía a los 160.000 pesos, además de otros objetos de valor que encontraron a su paso.

Con el botín en sus manos, los ladrones salieron de la propiedad, cargaron todo en el Citroën en el que habían llegado y lo pusieron en marcha con la intención de escapar, aunque inicialmente equivocaron el camino y giraron en una calle sin salida.

Transitaron 200 metros y retomaron el trayecto hacia la compañía de seguros, donde se toparon de frente con una camioneta Chevrolet Meriva idéntica a la que tenían sabían que conducía Irrazábal.

Por eso, la sospecha de los investigadores es que los ladrones creyeron que el hombre había salido a perseguirlos y uno de ellos extrajo una pistola calibre .45 y disparó en su dirección, para luego continuar el escape, dijeron los informantes.

Sin embargo, se trataba de una camioneta distinta, en la que viajaba un hombre llamado Gabriel Torres junto con su hijo Franco.
«Supuestamente lo venían corriendo, se asustó pensando que yo sería el que lo venía siguiendo», dijo Torres a la prensa, y agregó: «Sacó el arma y disparó, me di vuelta, digo `Franco`, se cae y empezó a largar sangre, ya estaba muerto. Le salían chorros de sangre por todos lados».

El padre de Franco aseguró en llantos que antes del disparo alcanzó a escuchar que los ladrones gritaban «ahí está, ahí está», presuntamente en referencia al productor de seguros al que acababan de robarle.

Franco murió en el acto, mientras que el vehículo en el que se movilizaban los asaltantes fue más tarde hallado por la policía abandonado a unas 15 cuadras del lugar.

Dentro del vehículo, que luego se supo era robado, aún había un monitor que le habían sustraído al asegurador, que en el apuro aparentemente no llegaron a bajar, y otros elementos que se investiga si pertenecían a las víctimas de una entradera ocurrida en el barrio San Alberto, de Isidro Casanova, esa misma tarde.

Interviene en la causa la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) temática de Homicidios del Departamento Judicial La Matanza, a cargo de José Luis Maroto.