La renuncia del camarista platense Carlos Rozanski a los tribunales orales de La Plata generó un sismo en el bloque kirchnerista del Consejo de la Magistratura: el juez renunció cuando tuvo la certeza de que el académico Jorge Candis, ligado al ex secretario de Justicia Julián Alvarez, se encaminaba a aportarle el noveno voto al macrismo para activar su remoción.
El otro elemento fue la rotunda declaración en contra deRozansky que brindó ante la Magistratura Pablo Vega, un juez cercano a Eugenio Zaffaroni y que solía coquetear con Justicia Legítima, colectivo al que adhería el magistrado renunciante.
Desde la bancada kirchnerista le pidieron a Vega que no fuera tan duro, le dijeron que tras Rozanski irían por otros como el camarista federal Eduardo Freiler, que está en la mira desde comienzos de año. «Que se arreglen», fue la respuesta de Vega.
Cada cual tuvo sus motivos. Candis confirmó su vínculo con Alvarez que en el último tiempo ha enviado señales de amistad al Pro, incluso en el municipio de Lanús a através de los concejales, que le responden.
El número uno de La Cámpora, Máximo Kirchner, ya lo expulsó del microclima K y por eso emite duras acusaciones en su contra, algunas referidas a su estado patrimonial.
En el caso de Vega también hay pragmatismo: existe la idea de que este tendría acordado con Juan Mahíques, representante del Poder Ejecutivo en el Consejo, su ingreso a la terna para cubrir cuatro vacantes en la Cámara de Casación Penal Federal. Vega y Mahíques se conocen de La Plata y suelen compartir asados en la ciudad de Mercedes.
Rozanski se hizo fuerte a partir de los juicios que se llevaron adelante en el Tribunal Oral Federal de La Plata y que permitieron condenar a represores de la última dictadura. Pero puertas adentro del tribunal la situación era muy complicada.
En los últimos tiempos Rozanski acumulaba más de 20 denuncias en el Consejo de la Magistratura. En casi todos, sus propios empleados, que además él eligió, lo acusaban de malos tratos y hostigamiento laboral. También lo denunció el gremialista Julio Piumato. A su jurado le decían prescribilandia porque las causas que no eran delitos de lesa humanidad prescribían.