La pelea entre Elisa Carrió y Ricardo Lorenzetti tendrá su próximo episodio en breve. De modo sigiloso, el Consejo de la Magistratura respondió el escrito presentado por la diputada y su ladero Fernando Sánchez en el cual reclamaban una descripciones de todas las contrataciones formuladas por el organismo.
Carrió está convencida de que la Magistratura es una vía para ciertos negocios del entorno del titular de la Corte Suprema y su intención es profundizar en esa línea para esmerilar al supremo.
Lo cierto es que Miguel Piedecasas presentó todo lo que le reclamaron y casi en tiempo récord. En ese material se ubica una realidad insoslayable: hay mucho dinero para obras edilicias que está entregado por adelantado, en casos en que las obras ni siquiera comenzaron.
El otro detalle sería la presencia de algunos estudios de arquitectura y constructoras pequeñas de la provincia de Santa Fe, de donde es oriundo el titular del máximo tribunal.
En 2015 Julián Alvarez estaba convencido de que los negocios de obra pública del Consejo estaban vinculados a la necesidad de fondear la campaña presidencial de Sergio Massa, que de los tres candidatos, era el más identificado con la Corte y donde fuera reclamaba la autarquía financiera del Poder Judicial. Recuerdos que ahora Alvarez prefiere omitir ya que busca reinventarse como intermediario del kirchenrismo duro.
La decisión apresurada de Piedecasas vendría a poner en tela de juicio si es como siempre se dijo que él llegaba a la presidencia gracias a sus nexos con Ernesto Sanz, Claudia Levin y el propio Lorenzetti. Este giro señala que, pese a cualquier argumento contrario, la terminal de Piedecasas es Enrique «Coti» Nosiglia que arrastra algún entuerto con el titular de la Corte.
La embestida de Carrió tiene un correlato en Comodoro Py. Desde hace semanas declaran ante Rodolfo Canicoba Corral empleados de la Magistratura en una causa por irregularidades en la contratación de la obra pública del Consejo.
El principal apuntado es Germán Krieguer, es subadministrador del Consejo expulsado por el kirchnerismo y puesto allí por Lorenzetti. Cerca de Canicoba dicen que el juez disfruta de este caso como una revancha contra el presidente de la corte luego de que este lo presionara para seguir el mismo rumbo que Norberto Oyarbide.