Por Ignacio Ramirez.

Todo el barrio conocía a Roberto Arturo Aníbal (40), un trascendental testigo de identidad reservada del inicio de la investigación por el crimen de Candela Rodríguez, que se conoció a partir de que el ex fiscal de la causa había revelado su nombre. Hace cinco meses vivía solo en Moreno en una modesta vivienda. Según los vecinos era un hombre muy reservado. Aníbal murió ayer luego de las graves quemaduras que sufrió en el 80 por ciento de su cuerpo tras una explosión ocurrida en su casa durante la madrugada.

Días atrás habían tiroteado el frente de la vivienda con ametralladoras sin que la custodia pudiera intervenir. Por tales motivos, tenía custodia de un efectivo de la DDI de Moreno provista por la Policía Bonaerense.

Candela tenía once años cuando fue asesinada.

Pasadas las 1.40  de la madruga de ayer, la vivienda situada en Luján 3664, de la localidad de Villa Trujuy, explotó destruyendo la casa en su totalidad. Por estas horas, la vivienda  se encuentra vallada por efectivos de la comisaría 2ª de Moreno, mientras los Bomberos voluntarios de Trujuy,  los peritos de La Plata y Luján, realizan  tareas periciales para establecer las verdaderas  causas del siniestro. No descartan la intervención de gendarmería en las pericias en las próximas horas.

Según los peritos de la policía y bomberos, la vivienda situada al oeste del conurbano bonaerense no podrá ser habitada porque los daños sufridos son estructurales, y es inhabitable por razones de seguridad.

Las primeras pericias determinaron que la explosión se produjo de adentro hacia afuera, aunque no se podría descartar a estas horas que el hecho pudo haber ocurrido por un artefacto explosivo colocado en la vivienda. El informe oficial da cuenta de indicios que referían a una acumulación de gas producto de escape de una garrafa.

Media hora antes de la explosión los efectivos que estaban a cargo de custodiar y garantizar la seguridad del testigo habían arribado al domicilio para ver cómo se hallaba. Sin embargo, los vecinos del testigo se encargaron de subrayar que entre el martes y el miércoles no se encontraba la custodia en su objetivo y también descartaron la hipótesis oficial de la fuga de gas porque no había olor en las casas linderas y últimamente se veían autos y gente desconocida en el barrio.

Datos que abrirían la posibilidad de que el testigo pudo ser víctima de un claro atentado mafioso. Una clara contradicción entre lo que dicen varios vecinos y lo que informan oficialmente  los efectivos policiales.

Los últimos movimientos de Aníbal, según la reconstrucción judicial, dan cuenta que en la noche del martes había ido con su respectiva custodia a visitar a familiares y amigos a la villa 31 en Retiro. Según un Jefe Departamental de la bonaerense, la patrulla de custodios vigilaba el testigo  unos cien o ciento cincuenta metros del domicilio.

Luego de la explosión, el estado de salud de Aníbal era irreversible, ya que tenía quemaduras en el 80 por ciento del cuerpo. Murió ayer en el Hospital Luciano de la Vega de Moreno.

El testimonio de la victima había sido determinante en el inicio del caso Candela razón por la cual su dichos posibilitaron la detención de los supuestos principales sospechosos del secuestro y posterior crimen de la niña. Estuvieron detenidos Hugo Bermúdez (53), Leonardo Jara (34), Héctor «Topo» Moreyra (44), Guillermo López (31), Fabián Gómez (42), Alberto Espínola (31), Néstor Altamirano (55) y Gladys Cabrera (42). En abril, fueron todos liberados, volviendo la causa a foja cero, por resolución de la Sala III de la Cámara de Apelaciones y Garantías de Morón que fijó la nulidad parcial del proceso y estableció liberar de inmediato a todos los detenidos.

Además se dispuso apartar a los responsables de la causa judicial, el juez de garantías Alfredo Meade y al fiscal Marcelo Tavolaro. La Sala II declaró además las nulidades de las declaraciones indagatorias de todos los imputados. Para los vecinos fue un atentado mafioso.Un nuevo papelón de la bonaerense.