Quizás como nunca antes, Cristina Kirchner puso en el centro de la escena “la inseguridad” como tema, al definirla como “una deuda» que la democracia tiene con la sociedad en su conjunto, al dedicar a esa cuestión en buena parte del discurso que dio en el Estado Único de La Plata, ante una multitud.
Es que la inseguridad, la violencia urbana, son un reclamo cotidiano de los vecinos que viven en el conurbano bonaerense. Y los intendentes mucho no pueden hacer, porque las policías locales dependen finalmente de la jefatura bonaerense. No existe una descentralización que permita su conducción desde cada Municipio.
«Es un tema es complejo, pero lo sufre el conjunto de la sociedad argentina. Hay que terminar con los debates absurdos. La democracia tiene una deuda en esta materia», aseguró la vicepresidenta y además pidió terminar «con el debate berreta de la mano dura y los garantistas».
De esa forma le arrebata una de las banderas a Patricia Bullrich, a quien le dedicó un par de párrafos sin nombrarla cuando recordó que durante su gestión en el Ministerio de Seguridad se designó a un ex Miss Argentina, sin experiencia en la materia, como directora de Inteligencia.
Los vínculos con Milman
Se trata de Carolina Gómez Mónaco, que es asesora del diputado nacional Gerardo Milman, ex vice de Bullrich, y quien estaba en un bar situado en el Congreso el día anterior al ataque a CFK, cuando un testigo le escuchó decir que él estaría en viaje hacia la costa cuando la mataran.
“Las fuerzas son una parte de la solución, pero también son una parte del problema si no se subordinan al poder civil”, dijo CFK y se preguntó porque no había gendarmes custodiando el conurbano, como se hizo cuando ella era presidenta.
De esa forma, les pegó por igual a dos funcionarios que están en el mismo Frente de Todos: Sergio Berni y Aníbal Fernández, responsables de la seguridad en la provincia de Buenos Aires y en la Nación, respectivamente. De todos modos, la vicepresidenta remarcó que sin mejoras en el ámbito económico y social es una quimera creer que habrá una solución.
“Sabemos que el orden, por lo menos para los peronistas, ayuda y contribuye con la seguridad. Pero, ¿cuál es el orden para nosotros? Que las madres y los padres vayan a trabajar, los pibes al colegio, y que después coman juntos en su casa, no en los merenderos. No hay nada que garantice más el orden que eso. No es el gatillo fácil, es el trabajo bien remunerado”, precisó.
Aníbal Fernández respondió a las críticas de CFK. «Ella dice que la fuerzas se conducen solas y no coincido. No me meto con las provinciales ni la de Ciudad, pero en las cuatro federales que me tocan, las decisiones las toma un civil que soy yo y la ejecutan los profesionales que son los policías. No tenemos esta visión de dar ventajas o no cumplir con lo que hay que cumplir», aseguró en un reportaje con Radio 10.
El análisis
El docente e investigador de la Universidad Nacional de Quilmes, Esteban Rodríguez Alzueta, dijo que “la referencia a la seguridad en el discurso de Cristina hay que leerla en clave política. Estamos en campaña, que va a ser muy largas. No le estaba hablando a los especialistas sino las mayorías. Perón decía, la política aborrece el vacío, los espacios que no se ocupan oportunamente los ocupara el enemigo. Quiero decir, no hay que regalarle la seguridad a la derecha porque será abordado con actores, sensibilidades, recetas o fórmulas que, está visto, no pueden desandar las conflictividades sociales”.
“En segundo lugar, me parece que lo que señaló la vicepresidenta fue una de las deudas de la democracia: cambian los gobiernos y las gestiones, y la gente se siente más insegura, los conflictos se vuelven más complejos. Este es otro tema que requiere un acuerdo político que permita agregarle el tiempo que se necesita para su abordaje”, agregó.
Y también la lectura política de lo que dijo CFK: «Finalmente, me parece que, entre líneas, hubo alusiones a los funcionarios actuales de las carteras de seguridad: “se necesita otro Centinela”, es decir, los conflictos sociales en el Conurbano están escalando hacia los extremos y «no sabemos qué hace la gendarmería»; “las fuerzas policiales deben responder a las autoridades civiles”, es decir, las policías se están desmadrando y los funcionarios tienen dificultades para encuadrar a algunos de los grupos policiales. En otras palabras no hay que perder tiempo, y tampoco hay que subestimar estos problemas».
Ariel Larroude, director del Observatorio de Política Criminal, coincidió en que “fue un acierto plantear que la seguridad deba ser una política de Estado más allá de las fuerzas políticas. Lo único que le faltó agregar fue que una política de seguridad con acompañamiento de todos los espacios políticos lo que genera es reglas claras para la policía, dato no menor para quien tiene un arma en la mano”.
Sin embargo, sostuvo que es “error plantear la idea de conducción civil de las fuerzas. Las fuerzas tienen que estar bajo control constitucional y democrático. El control político lleva a que las fuerzas respondan a los intereses de turno, ejemplos como lo de Bullrich o lo que pasa en la ciudad donde es indudable que responden a un civil que jugó o juega políticamente (Nisman y autopsia, Maldonado, represión en Caba)”.
En los municipios
La inseguridad es un tema clave sobre todo en el conurbano bonaerense, donde la situación social suele elevar los índices de criminalidad. Al respecto, Miguel Saredi, secretario de Planificación Operativa de la Municipalidad de La Matanza dijo que “la gente tiene razón de estar asustada. Hay temas en la Argentina que los podemos discutir, pero la inseguridad es algo que hace muy difícil una vida corriente y en paz con la familia, amigos, y vecinos. Podés tener una hermosa familia, un proyecto de vida, pero en diez minutos se termina. Eso es así y no puede haber argentino, sea de donde fuere, que no le preocupe la situación”.
Uno de los puntos esenciales es la preparación y el desempeño de las fuerzas policiales. Un fiscal de instrucción del fuero penal dijo en off que “lo que creo es que las fuerzas en general están muy diezmadas, poco profesionales y con falta de capacitación. Las tareas que le encomendamos no suelen ser cumplidas con eficacia y la prevención es casi nula. En el Obelisco a las nueve de la noche ya no tenés un policía a cinco cuadras a la redonda. Sólo es mostrar policías durante el día para que se vea”.
La fiscal de tribunal oral Mónica Cuñarro también dio su punto de vista. “El tema de seguridad, narcotráfico, violencia institucional y violencia a las mujeres es un tema muy complejo y del que ningún partido político ha rendido cuentas. Así como se reformaron las FF.AA., la legislación sobre inteligencia interna, deben reformarse todas las policías federales y provinciales que no lo han hecho desde la década del 70”.
Aseguró que “la reforma no debe ser solo legislativa sino de estructuras y conducción política democrática. En narcotráfico y delitos vinculados realizamos más de 55 propuestas concretas, que por supuesto deben aggionarse porque el problema empeoró. No escapa a lo anterior los casos cotidianos que tenemos de desapariciones y muertes violentas en mujeres y niños y niñas”.