Las novedades, los nombres, y los cruces comienzan a aparecer en la causa por la que se investiga el origen del dinero robado en la casa de la vicepresidenta Gabriela Michetti, el 22 de noviembre del año pasado, la misma noche en que junto a Mauricio Macri se impusieron en la segunda vuelta de las elecciones.
La última novedad conocida hace pocas horas es que uno de los mejores amigos del Presidente, el abogado y diputado del Parlasur Fabián Rodríguez Simón presentó tres abogados en la causa pese a no estar ni siquiera imputado en el expediente a cargo del juez federal Ariel Lijo.
“Pepín”, como llaman al amigo del Presidente, designó a los doctores Cristián Cúneo Libarona, Juan José Oribe y Alejandro Drago, éste último en carácter de sustituto, como sus representantes en la causa y los letrados ya se llevaron fotocopias del expediente para comenzar a empaparse de los detalles del caso.
Aunque Rodríguez Simón no aparece entre los denunciados en el caso, el juez pidió a la Inspección General de Justicia (IGJ) el legajo de la Fundación Pericles, encabezada por el abogado, porque en la causa investiga si ONGs encabezadas por dirigentes del PRO fueron utilizadas para financiar la política.
Michetti, representada por el ex camarista Ricardo Gil Lavedra, presentó una lista de testigos para explicar que una parte del dinero que le habían robado en su casa eran parte de una colecta armada entre empleados y conocidos, para financiar los gastos de la cena anual de la Fundación Suma, que se iba a realizar en La Rural, una semana después de la segunda vuelta de las elecciones.
La mayor parte de los testigos dijeron haber entregado dinero, pero admitieron que no les entregaron recibos de las donaciones, algo que las disposiciones de la AFIP, no lo permiten, ya que deben realizarse por transferencias electrónicas entre bancos o mediante el uso de tarjetas de crédito o débito.
La vicepresidenta sostuvo que le robaron 189.500 pesos que eran parte de esa colecta, 40.000 pesos que tenía para pagar arreglos en su casa y 50 mil dólares que le prestó su pareja, Juan Tonelli Banfi, supuestamente para pagar una maestría en el exterior de su hijo mayor.
La esposa de Majul
Entre los testigos que declararon en los últimos días se encuentra María Elizabeth Conte Grand, esposa del periodista oficialista (ahora se entiende por qué) Luis Majul, quien al comienzo de su testimonio dijo que es amiga de la vicepresidenta y que fue su empleada en diversos lugares durante casi diez años hasta febrero de 2016.
“El vínculo con Gabriela se origina en 1997 que nos conocimos por nuestros maridos, el de ella Eduardo Cura en ese momento y Luis Majul que hasta la fecha sigue siendo el mío. Hicimos una gran amistad rápidamente, una amistad muy fuerte y de mucha presencia. Ella en ese momento creo que trabajaba en la Secretaria de Industria y de hecho la elegí madrina de mi hija Victoria. Cuando Gabriela ganó la Vicejefatura de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, ella acababa de terminar su mandato como legisladora de esa ciudad, me pidió que la acompañe para trabajar con ella porque necesitaba una persona de mucha confianza, con mi perfil y que pudiera resolver cuestiones con un criterio parecido al que ella tendría. Así comencé a trabajar con ella y dejé mi actividad de cocinera que antes tenía”, dijo la esposa del periodista de América en la declaración ante el juez Lijo.
Un dato interesante que aporte Conte Grand es su vínculo con la Fundación Suma. “Desde la constitución de la Fundación SUMA yo fui su Tesorera. Cuando se constituyó la Fundación se presentó toda la documentación en la Inspección General de Justicia para que se reconozca la personería jurídica; trámite que duró añares y demoró mucho para ser inscripta como tal en la IGJ. Yo creería que la constitución fue en el 2007 o 2008, estábamos en ese momento en la Vicejefatura cuando se decidió comenzar con la Fundación. Ahí se presentaron los papeles y se hicieron todas las formalidades para obtener la personería jurídica y mientras que eso ocurría no se realizó ninguna actividad. Recuerdo que se modificó todo el Directorio inicial, incluso los que habíamos intervenido inicialmente no llegamos a ver a la Fundación en actividad. Yo firmé libros de actas todos con balance cero y cuando Gabriela decide impulsar la Fundación y que ésta empiece a trabajar, cambia todo el Directorio y el cargo de Tesorera lo toma Silvana Giudici, momento en el cual la Fundación comienza a funcionar”, explicó
La amiga de la vicepresidenta aseguró que la Fundación no tuvo movimientos de dinero mientras ella fue la tesorera y que eso cambió cuando se modificó la composición. Admitió haber colaborado con dinero con sumas mensuales y con la compra de cubiertos para las cenas anuales de la entidad.
“He colaborado con la compra de cubiertos para las dos cenas de Gala de los años 2014 y 2015, antes de que las cenas se realicen. El monto del cubierto de la última cena fue de mil quinientos pesos y el de la anterior no lo recuerdo. En las dos ocasiones recuerdo que el pago del cubierto lo hice por medio de Mercado Pago y el propio sistema me entregó un comprobante por el pago. Por otro lado, tengo un débito mensual en favor de la Fundación, el monto es de quinientos pesos y creo que comencé a aportar a mediados de 2015 hasta la fecha, y es por medio de una tarjeta de crédito, creo que es la tarjeta Visa del Banco Superville, y el comprobante de eso lo tengo en el resumen. Además, a principios de diciembre del 2014 hice una transferencia desde mi cuenta sueldo del Senado a la cuenta de la Fundación, lo cual está documentado en el Banco Nación y el aporte fue de alrededor de siete mil y pico de pesos. Gabriela es una persona que suele sacar dinero de su bolsillo y ayudar a la gente, por eso para mí colaborar era lo mínimo que podía hacer por una persona que me daba trabajo desde hacía tanto tiempo. Yo colaboro con la Fundación Ronald Mc Donalds, con Manos Abiertas, entre otras. En aquella oportunidad, lo hice por voluntad propio y me pareció una buena manera de colaborar. Por último, hice un aporte en 2015, habrá sido a principios de noviembre cuando Gabriela pidió colaboración a la gente del Despacho y quedo obviamente a voluntad de cada uno. El aporte que hice fue de diez mil pesos en efectivo, se los entregué a un compañero de trabajo que era el que se encargaba de juntarlo. Mi compañero que juntaba era Santiago Riobó”.