La denuncia del fallecido fiscal Alberto Nisman contra la ex presidenta Cristina Kirchner, entre otros, llega nuevamente a la Cámara de Casación Penal, que deberá decidir si finalmente se abre el caso.
Estos es consecuencia de una decisión de la Cámara Federal porteña que admitió hoy elevar al tribunal superior los recursos de casación presentados por el fiscal Germán Moldes y la DAIA.
Fue una decisión de la Sala I de la Cámara, que confirmó la decisión del juez Daniel Rafecas y rechazó reabrir la investigación impulsada por Nisman.
De todo modos, ante la apelación de Moldes y de la DAIA, que pretende ser querellante en el expediente, los jueces Jorge Luis Ballestero y Eduardo Freiler decidieron admitir los recursos para que la Cámara Federal de Casación Penal resuelva la cuestión.
Los camaristas rechazaron la apelación de la defensa del ex canciller Héctor Timerman para apartar a Moldes del caso: los abogados Alejandro Rúa y Graciana Peñafort «no han alcanzado a demostrar la alegada pérdida de la objetividad que debe guiar la actuación del Dr. Germán Moldes, como miembro del Ministerio Público Fiscal», dijeron.
Se plantea ahora un escenario similar al que se dio el año pasado, cuando se cerró por primera vez la denuncia de Nisman: el fiscal Javier De Luca, adherente a Justicia Legítima, deberá decidir si sostiene el recurso de Moldes o si desiste, como hizo el año pasado.
La diferencia es que ahora está la DAIA: si bien en su fallo la Sala I de la Cámara Federal rechazó admitirla como querellante, en la resolución de hoy le hicieron lugar a su planteo para que un tribunal superior revisara la cuestión.
«Oportunamente se dieron las razones por las cuales la DAIA no podía acceder al rol acusatorio pretendido. El cumplimiento o no tanto del requisito entonces examinado, como de aquellos que hoy invocan los defensores, son cuestiones que ahora corresponden ser debatidas en otro espacio, habilitado a partir de la admisibilidad de los recursos de casación deducidos», dijo Ballestero en su voto.
El fallo no ahorró cuestionamientos hacia el fiscal Moldes, quien llegó a decir que había que «desratizar» el Poder Judicial, y reportó sus dichos ante la jefa de los fiscales, Alejandra Gils Carbó.
«El descrédito es una herramienta de fácil empleo. No requiere esfuerzo demostrativo, ni construcción discursiva; no exige pruebas ni conocimientos especiales. La sola descalificación del otro es suficiente para quitar autoridad a lo que dice, para no ser tomado en serio; y ni qué hablar cuando el demérito viene, a juzgar por ciertos calificativos escogidos por el fiscal, de la mano de restarle al otro ya no la calidad de interlocutor competente sino del mismo carácter de par, de persona, hasta de humanidad», escribió Ballestero, al referirse a Moldes.
Ahora, la Sala I de Casación quedó habilitada para analizar si se resuelve abrir la investigación por la denuncia que hizo Nisman el 14 de enero de 2015, cuatro días antes de ser hallado muerto en el baño de su departamento con un tiro en la cabeza.