El punto más urticante de la denuncia es la cuenta de Lorenzetti radicada en el Credit Swiss de Zurich. El problema es la operación de blanqueo pero también que revive un viejo fantasma: en el gobierno kirchnerista siempre se dijo que el fogoneo de las cuentas en Suiza denunciadas por el arrepentido Herve Falciani no eran otra cosa que una maniobra encubierta de extorsión contra el presidente de la Corte. El kirchnerismo deseaba a la Corte alineada en el año electoral y Lorenzetti que no se conociera el nivel de su fortuna.

El otro alterado por la presentación fue el ministro de Justicia, Germán Garavano, a quien la denuncia lo tomó por sorpresa. Rápidamente salió a despegarse aunque fue solo corrección política.

Garavano tiene sobradas desconfianzas sobre el plan de informatización del Poder Judicial que puso en marcha Lorenzetti a cambio de una cifra millonaria para contrataciones de empresas de tecnología.

Ernesto Sanz también quedo en off-side. Es otro socio de Cambiemos y muy cercano a Lorenzetti que además ayer logró que el exsenador Mario Cimadevilla fuera nombrado al frente de la secretaría del caso AMIA.

Algunas miradas se posaron sobre el mendocino porque dentro del Pro dicen que su misiòn es la de contener a Carrió. Cuando se nombraron los jueces de la Corte por decreto fue Sanz quien mandó a Carrió de vacaciones al exterior solo para que esta no opinara del mecanismo utilizado por el presidente.