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La complicada agenda de la Corte para lo que queda del año

La Corte Suprema está dividida entre opositores moderados y opositores duros.

La Corte Suprema está dividida entre opositores moderados y opositores duros.

La Corte Suprema volverá de la feria invernal este jueves, con una sesión de  acuerdo relajada en cuanto a las firmas pero en plena ebullición en materia política, producto de la pelea con el gobierno y la inminente resolución de expedientes sensibles. Estarán todos los ministros, habrá todo tipo de indicios y las próximas semanas serán determinantes, mientras el país se adentra en el vértigo electoral.

La dicotomía en el máximo tribunal ha tenido un cambio brusco en poco más de un mes: si bien antes había ministros más cercanos al oficialismo y otros más distantes, ahora la separación es entre opositores duros (Carmen Argibay, Enrique Petracchi y Carlos Fayt) y los opositores moderados (Ricardo Lorenzetti, Elena Highton de Nolasco y Juan Carlos Maqueda). En soledad queda Eugenio Zaffaroni, una situación que instala el cada vez más sonoro rumor de que a fin de año podría abandonar el tribunal.

La ley de Medios prácticamente ha perdido todas sus chances en la Corte en cuanto a que Clarín conservara su negocio audiovisual y de cable, los más rentables del Grupo. El fondo ya está resuelto de acuerdo a lo que entendió la Cámara Federal en lo Civil y Comercial, basta ajustar las formas para entender hasta que grado el tribunal desea una nueva confrontación  abierta con el Gobierno. El factor más determinante no será jurídico sino de tiempo acerca del momento en el que conviene emitir el fallo, sea a mitad de camino entre las primarias y las legislativas o recién a fin de año.

Los ministros se guardan cartas que, entienden, son más fuertes que la Ley de Medios: el cepo cambiario y el reclamo de Córdoba por fondos de coparticipación federal. Dos expedientes con alto poder de fuego y que afectaran directamente la situación macroeconómica.

A Lorenzetti le cuesta cada vez más lograr fallos unificados. Ya no es solo la habitual disidencia de Zaffaroni sino también el perfil extremo de Fayt que desde junio vive una interna con el titular del tribunal, a quien ve demasiado empeñado en guardar formas que son válidas en el plano político y que poco tienen que ver con la interpretación constitucional.

Lorenzetti, en privado, teme nuevas embestidas en su contra desde el Gobierno. Los temores del ministro nada tienen que ver con su pelea con Ricardo Echegaray y los sabuesos de la AFIP. “Me tienen filmado hasta en calzoncillos”, le dijo hace dos semanas a dos senadores de la UCR que lo visitaron en el Palacio.


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