| Roban frascos de ketamina

La banda del gatito es el terror de las veterinarias

Hubo al menos 25 robos en comercios del Gran Buenos Aires. Los veterinarios creen que es el mismo grupo. Roban ketamina para comercializarla en boliches o fiestas electrónicas.

Los veterinarios la llaman la banda del gatito: una pareja ingresa en el local para pedir que revisen a su mascota. En un momento determinado sacan las armas y arrasan con lo que en verdad les interesa, llevarse los frascos de ketamina,un anestésico que se usa en animales y que en el mercado negro se vende como alucinógeno, en particular en boliches y fiestas electrónicas.

Episodios casi idénticos se registraron en por lo menos 25 comercios de la zona oeste y sur del Gran Buenos Aires y también en La Plata. Por eso, el Colegio de Veterinarios bonaerense emitió un alerta entre sus matriculados y recurrió a las autoridades estatales, informa el diario Clarín.

Según informaron en la asociación que reúne a los veterinarios, la llamada “banda del gatito” habría atacado hasta tres veces por semana en Castelar, Ciudadela, Haedo, Moreno, Palomar, San Justo, Villa Luzuriaga, Morón, Caseros, Ituzaingó y Paso del Rey. “El pico de los episodios se registró entre mayo y los primeros días de junio. Hace una semana que no tenemos denuncias”, dijo el presidente del Colegio, Mario Capri.

Todas las hipótesis apuntan hacia una misma banda. Se trata de un hombre y una mujer, de pelo rubio, que se mueven en una moto. El dato lo tienen por la descripción que hicieron las víctimas y por las imágenes que lograron captar las cámaras de seguridad.

La ketamina es un producto que los veterinarios usan para las cirugías. Aunque ahora lo están reemplazando por otros inhalantes, el líquido se proporciona a los animales que son operados, en especial a las mascotas. Es una droga “disociativa”, que en altas dosis provoca la inconsciencia casi inmediata. Y las bandas narcos la venden para consumo humano en boliches o fiestas de música electrónica.

Capri advirtió sobre los riesgos del uso indebido por parte de las personas. “Es muy potente y peligrosa para los seres humanos. Puede producir alucinaciones, depresión, aumento de la presión sanguínea, alteración de la conciencia y pérdida del conocimiento, ataques de pánico, episodios psicóticos, convulsiones, vómitos, diarrea y trastornos cognitivos a largo plazo. En ocasiones puede provocar asfixia, derrames cerebrales y paro cardíaco ”, aclaró.Las clínicas de animales deben adquirirla con receta archivada. Mediante una aplicación online, la solicitan al Senasa (Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria) y una copia del pedido también llega al Anmat (Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica). El producto se presenta en solución líquida, en frascos que para los profesionales cuestan entre 50 y 100 pesos.