El ejemplo del fallecido Carlos Fayt, el juez de la Corte Suprema que se quedó en su cargo todo el tiempo que quiso, marcó el comienzo de una senda.
La jueza del máximo tribunal siguió el ejemplo de Fayt y promovió una acción de amparo contra el Estado Nacional, para mantener su cargo supremo después de los 75 años, según trascendió en los tribunales.
El juez en lo contencioso administrativo federal Enrique Lavié Pico fijó un plazo de cinco días para que el Estado Nacional brinde un informe ante el amparo presentado por la ministra de la Corte para evitar tener que retirarse a los 75 años, edad que cumplirá el 7 de diciembre de 2017.
Highton de Nolasco cuestionó la validez de la norma constitucional que impone la obligación de jubilarse a los magistrados al llegar a esa edad, impuesta durante la reforma constitucional de 1994.
Lavié Pico ordenó el oficio para que el Estado «en el término de cinco días», informe «acerca de las circunstancias de hecho y de derecho que hacen a la acción intentada, debiendo acompañarse copia del escrito de inicio, de sus ampliaciones y de la totalidad de la documentación adjuntada», por la jueza.
Además, a pedido de los abogados de Highton, el juez dispuso que las actuaciones tramiten como «reservadas», lo que significa que al expediente sólo podrán tener acceso las partes.
El antecedente en la Corte Suprema de la Nación es el del recientemente fallecido ministro Fayt, quien permaneció en el máximo tribunal hasta los 97 años de edad y se retiró tras haber presentado su renuncia, que se hizo efectiva el 11 de diciembre de 2015.
En la causa de Fayt, la Justicia en lo contencioso administrativo consideró que, cuando en 1994 se reformó la Constitución Nacional y se impuso el límite etario de 75 años, los constituyentes se excedieron en su mandato, porque esa cuestión no había sido predeterminada por el Congreso.
Fayt también había invocado sus derechos «adquiridos», porque juró como juez en 1983, varios años antes de la reforma constitucional.
El más veterano de los jueces de la Corte decidió dejar su cargo, después de que Cristina Kirchner dejó la presidencia el año pasado, debido a que desde el kirchnerismo se había impulsado su renuncia.
Highton de Nolasco llegó a la Corte en 2004 y se convirtió en la primera mujer en ocupar un lugar en la Corte Suprema de Justicia durante un gobierno democrático.
Fue nombrada por Néstor Kirchner, quien impulsó una reforma de la Corte, integrada hasta entonces por los jueces nombrados durante el menemismo y que constituían la recordada mayoría automática que siempre votaba de acuerdo con los intereses de Menem.