La floración malsana de organismos públicos que realizan tareas de “inteligencia” con intenciones inconfesables es un problema que amenaza a nuestra democracia imperfecta. Se ha consolidado una salida laboral abyecta: la del sicariato del voyeurismo, rentada y rentable. En el primer caso, pagada con el dinero del contribuyente, y con plata sucia el segundo. O […]