El último de los prófugos de la denominada «Banda de los Rosarinos», que robaba autos en el norte del conurbano bonaerense y los desarmaba o vendía en Rosario, fue detenido en esa ciudad santafesina viviendo a 80 metros de una comisaría, pese a que hace dos años tenía pedido de captura.
A los tres se les imputa ser quienes en Rosario receptaban los autos robados en el conurbano bonaerense para «reempapelarlos» o desguazarlos en desarmaderos de su ciudad.
El año pasado, los tres rosarinos ganaron notoriedad cuando el fiscal Ferrari allanó la Unidad 21 de Campana donde estaban presos y descubrió que tenían una celda «VIP» con televisor, PlayStation, DVD, aire acondicionado, freezer y diez celulares con los que continuaban manejando sus negocios en Rosario.