| Una tendendencia delictiva que crece

Este año ya hubo 600 secuestros virtuales

Durante el 2013 hubo 400 casos en los que se pagó rescate por supuestas víctimas. Este año ya hubo 600. Se creó una mesa de crisis para prevenir los hechos.

Los secuestradores virtuales especulan con el temor de la gente.

Los secuestradores virtuales especulan con el temor de la gente.

Por Ignacio Ramírez.

El alarmante crecimiento de los secuestros virtuales en los últimos meses preocupa al Ministerio Público Fiscal que decicidió crear esta semana una mesa de fiscales para intercambiar experiencias y así delinear políticas en materia de prevención e investigación criminal.

Es un engaño real, la peor estafa que podemos sufrir, un cuento del tío que evolucionó y llegó a nuestras casas, mediante el ardid de un llamado a altas horas de la noche que relata que tienen secuestrado a un miembro de la familia.

Según datos oficiales de la Procuración General de la Nación en el 2013, se pagaron el rescate de 400 secuestros virtuales. La Policía Federal registra al menos una denuncia por día de secuestro virtual. Y este año la tendencia va en aumento.

En lo que va del año, los datos oficiales son alarmantes y preocupan a la justicia, se produjeron más de 600 secuestros virtuales donde las víctimas pagaron el rescate de la extorsión telefónica. Una trampa que provocó una suerte de comité de crisis en la Procuración General; se confecciono una mesa de trabajo esta semana, donde los fiscales integrantes deberán intercambiar casos, investigación y medidas para por desarrollar políticas de seguridad, y prevención directa.

“La Procuración elaboró la guía con recomendaciones y precauciones para evitar ser víctima de este delito que crece. Estar alerta, prevenir, y la tranquilidad juegan un rol preponderante al damnificado”, explicó Diego García Yomha, Director de Análisis Criminal, en la Procuración General de la Nación.

En la actualidad, los criminales, sofisticaron el modus operandi, utilizan varios celulares al mismo tiempo para bloquear cualquier intento de contacto o pedido de ayuda con la policía o el supuesto familiar secuestrado.

El miedo, la angustia, el desconcierto, juegan un rol preponderante en las víctimas y  son los factores que se ponen en juego y que favorecen directamente a los delincuentes en la cada vez más habitual modalidad extorsiva.

La inteligencia previa, confecciona datos mínimos de las potenciales víctimas,  los delincuentes buscan información en redes sociales sobre las personas que caen en su trampa. El rol de la llorona, es también una nueva tendencia, ya que al producirse una extorsión telefónica, en horario de medianoche, las víctimas mayoritariamente creen escuchar la voz de un familiar, para luego ser presionado y manipulado por el secuestrador con amenazas de mutilar o matar a quien presuntamente tiene capturado.

La trampa del secuestro virtual es en definitiva la otra crónica de la gran estafa: sólo hace falta un simple llamado telefónico y estar descuidado para caer en la trampa.

 


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