Javier Sinay.
Sergio Massa tiene ojos en el cielo. Es que el intendente de Tigre, cautivado por el espectáculo político que se juega en los medios y a través de la tecnología, acaba de sumar a su municipio dos drones: se trata de dos aviones robotizados no tripulados, con cámaras de vigilancia y GPS, de 76 centímetros y tres kilos, con ocho motores. Ambos fueron comprados a una empresa holandesa y son utilizados ahora para todo tipo de tareas de protección ciudadana: control de tránsito y de multitudes, inspecciones de ingresos públicos y de protección ambiental, lucha contra el crimen. Controlados de modo remoto, los drones transmiten en tiempo real las imágenes que toman en un vuelo comandado a mano por un piloto desde tierra o de modo automático, programado mediante puntos determinados por GPS para determinadas rutas o recorridos.
La semana pasada, los robots voladores de Tigre entraron en acción: en el barrio San Pablo, de El Talar, el fiscal Diego Calegari -titular de la Fiscalía Descentralizada en Investigaciones de Drogas Ilícitas- solicitó al municipio una visualización aérea de un sitio sospechoso ubicado en las inmediaciones de las calles Marcos Sastre, Libertad, Pasaje San Pablo e Italia, con un robot aéreo, antes de iniciar el allanamiento. Su intención era confirmar que la policía no sería recibida a los tiros. Se trata de una de las primeras experiencias en la Argentina con drones, en la lucha contra el crimen.
En su primera misión, una vez que los drones analizaron la zona del barrio San Pablo, el G.A.D. (Grupo de Apoyo Departamental) Conurbano Norte encabezó el allanamiento y junto a la Policía de Tigre redujo a tres hombres y a dos mujeres, acusados del delito de “tenencia de estupefacientes para su comercialización”. En el lugar fueron secuestrados 2 kilos de marihuana y 163 envoltorios listos para ser vendidos. También se capturó un revólver .22 Rubí Extra con la numeración suprimida, otro .32 largo de numeración suprimida marca Pucará, una pistola calibre 9 milímetros marca Glock con un cargador completo con 16 proyectiles de teflón, 10 proyectiles .22 y 7 proyectiles intactos .32 largo
“El procedimiento se realizó en el barrio San Pablo, con el aporte de todos los estamentos”, considera el fiscal Calegari. “Desde el propio vecino que nos hizo saber que en ese lugar se vendía droga, a través del canal de comunicación creado por el municipio de Tigre, hasta personal de la fiscalía, comisaría y Jefatura Distrital de Tigre, más el apoyo estratégico-tecnológico del COT, con las cámaras de seguridad en vía pública y en este caso en particular con el dron, que terminó siendo una herramienta clave”.