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En medio del cuadernogate, ¿cómo arrancaron el Mani Pulite y el Lava Jato?

En medio del escándalo generado por los cuadernos del chofer Centeno, conviene repasar los comienzos de otras grandes investigaciones de corrupción y lavado de dinero.

Bonadio, la pesadilla del Gobierno.

Bonadio, la pesadilla de CFK.

Por Roberto de Michele

En febrero de 1992 Luca Magni, ignoto titular de una compañía de limpieza, denunció ante un juez igualmente desconocido, Antonio Di Pietro, un esquema de sobornos en un albergue para ancianos en Milán. A Magni no lo guiaba su conciencia moral o la indignación. Simplemente no le cuadraban las cuentas. Si pagaba, su empresa trabaja a pérdida. Si no pagaba, perdía a su principal cliente.

Di Pietro convence a Magni de grabar el pago de la próxima cuota que recibe religiosamente cada mes Mario Chiesa, administrador del albergue y miembro del Partido Socialista Italiano. Es el inicio de Mani Pulite. Un proceso que alteró el equilibrio corrupto del sistema político y económico de Italia, acabó con la carrera de una clase política entera, y puso al país al borde del caos económico.

Al releer la minuciosa investigación de Gianni Barbacetto, Peter Gomez y Marco Travaglio – Mani Pulite: La Vera Storia -, he vuelto a preguntarme acerca de las semejanzas y diferencias entre Mani Pulite y la operación Lava Jato. La comparación es obviamente precaria, porque todavía no conocemos los efectos completos de la operación brasileña, pero tal vez podamos aprender algunas lecciones. Aquí van algunas semejanzas y diferencias entre los dos procesos.

Comencemos por las semejanzas.

  1. LA INICIATIVA DE LOS SISTEMAS JUDICIALES: Ambos procesos comenzaron por investigaciones del ministerio público fiscal. Tanto los investigadores italianos como los brasileños actuaron a partir de sus propias pesquisas, incluso antes que algún periodista presentara una investigación. Este es un dato importante para valorar la contribución a la integridad de sistemas judiciales independientes.
  2. LA CORRUPCIÓN ESTRUCTURAL: Otra similitud es que tanto Mani Pulite como Lava Jato, exponen una corrupción estructural. Este tipo de corrupción, entre otros rasgos, involucra un acuerdo entre representantes de la elite económica y la máxima dirigencia política, sin distinción partidaria. Los intercambios ilícitos incluyen contribuciones ilegales a las campañas políticas, así como sobornos regulares y estructurados. La retribución es mediante contratos de obra pública y concesiones manipulados a favor de quienes contribuyen. Alcanza a los principales sectores del estado: infraestructura, salud, comunicaciones. Y desde luego, siempre alguien se queda con una comisión por la comisión.
  3. EL IMPACTO ECONÓMICO DE LA CORRUPCIÓN: La tercera semejanza es el impacto económico de ambos procesos. En agosto de 1992, apenas 7 meses después que Di Pietro y sus colegas iniciaran las acusaciones contra los principales exponentes de la dirigencia política y económica de Italia, la agencia calificadora Moody’s bajó la calificación de riesgo de Italia, precipitando la devaluación de la Lira y profundizando la crisis económica. En 2015, en los albores del Lava Jato, Standard & Poors hizo lo propio con Brasil, citando eufemísticamente “un incremento de problemas políticos”. Idéntica suerte sufrieron Petrobras y Odebrecht, dos de las principales empresas relacionadas con las investigaciones.
  4. EL IMPACTO POLITICO Y LA REACCIÓN: En Italia, Di Pietro y los suyos sufrieron acusaciones de ser agentes comunistas y al mismo tiempo de emplear métodos fascistas. Las reformas legales que exigían – junto a Falcone y el pool de jueces antimafia – tuvo marchas y contramarchas con un Parlamento que terminaba cediendo a la presión de los medios y la sociedad civil. Del mismo modo que en Brasil aparecen reacciones periódicas de sectores que quieren revertir los avances de Lava Jato.

Veamos ahora algunas de las diferencias.

  1. FENÓMENO LOCAL VS INTERNACIONAL: Mani Pulite – o Tangentopoli como se llamó al esquema de corrupción estructural en Italia – fue un fenómeno eminentemente nacional. Con la excepción de una serie de conexiones con la banca Suiza donde se lavaron muchos de los fondos ilícitos, se trató de corrupción fatta in casa. Lava Jato es lo opuesto. Es un caso de corrupción transnacional
  2. Nacido entre una empresa constructora brasileña – Odebrecht – y conspicuos representantes de la clase política de ese país. Se extiende – hasta donde hoy sabemos – a 14 países de América Latina y 5 de África. Para demostrar que incluso la corrupción no es ajena a la eficiencia, Odebrecht compró un banco en una isla del Caribe para procesar los sobornos más rápidamente. Y además se han utilizado diversas jurisdicciones para estructurar sociedades que sirvieron de vehículo para ocultar los pagos indebidos.
  3. LAS HERRAMIENTOS LEGALES: Di Pietro, Gherardo Colombo, Piercamillo Davigo, los principales líderes del pool de Mani Pulite no tenían a su disposición los instrumentos procesales con los que hoy cuentan sus pares brasileños. El modo en que Di Pietro y su equipo lograron quebrar el pacto de silencio de los corruptos aguarda su debido homenaje a la creatividad en materia de investigaciones. Faltaban más de 10 años para que las convenciones internacionales empujaran a los países a actualizar sus leyes penales y procesales para mejorar su capacidad de investigar. Este no es un dato menor. Varios de los instrumentos legales que facilitaron el trabajo de fiscales y jueces en Brasil son el producto de principios que están en tratados como el de las Naciones Unidas y la Convención Interamericana contra la Corrupción. Hoy tenemos mejores herramientas legales para investigar la corrupción.
  4. LA TECNOLOGÍA ANÁLOGA VS LA DIGITAL: Otra diferencia es el peso de la tecnología. Tuve la suerte de conocer a Gherardo Colombo cuando trabajé en la Oficina Anticorrupción de Argentina. Imaginé un experto en escuchas telefónicas y el uso de la tecnología aplicado a la investigación. Todo lo contrario. Es un genio de la decodificación de la evidencia documental. Él junto a los demás integrantes de Mani Pulite hicieron un trabajo excepcional para probar los delitos cometidos a partir pericias contables y el análisis de miles de documentos. Sus pares brasileros, por otro lado, cuentan hoy con la innegable ayuda de la tecnología. A las habilidades investigativas, se suma un estratégico uso de la tecnología de la información para realizar la minería de datos. Esto les ha permitido penetrar la red de sobornos tejida por Odebrecht alrededor del mundo para obtener evidencia fundamental.

 

Mani Pulite tuvo una cobertura de prensa muy intensa. En esa época Internet y las redes sociales eran casi desconocidas. El Ministerio Publico Fiscal de Brasil utilizó estos recursos estratégicamente: puso a disposición de la prensa, y especialmente de la ciudadanía, toda la información que legalmente le es permitido. Como recientemente comentó Rodrigo Janot, esta decisión no solo responde al principio de publicidad. Es además utilizar a los medios de comunicación como fiscales de los fiscales, corrigiendo errores que nadie está exento de cometer.

Finalmente, Lava Jato es en forma más clara y deliberada, el esfuerzo de varios organismos del Estado. Citando nuevamente a Janot, junto al Ministerio Publico Fiscal investigan la Receita Federal, el Conselho de Controle de Atividades Financieiras (UIF) y otros organismos relacionados con el control de la corrupción.

Esta semana el BID publico “Rindiendo cuentas: La agenda del Banco Interamericano de Desarrollo en transparencia y anticorrupción (2009-2015)”. Los autores, Maria Jose Jarquin, Juan Cruz Vieyra y Ana Haro presentan el balance del apoyo del Banco a los esfuerzos de los países para promover reformas de transparencia e integridad. Y especialmente nos recuerdan la importancia de fortalecer las capacidades institucionales y el potencial que tiene el uso de tecnologías de información para acompañar estas reformas.

Roberto de Michele es especialista principal en el BID en modernización del Estado 

Fuente: Blog Sin Miedos, BID.