Por Ignacio Ramírez.-
En la medianoche, a la hora de Halloween del viernes pasado, la Agencia Gubernamental de Control (AGC) clausuraba el prostíbulo más emblemático de la ciudad de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Sobre el boliche Black, en Ayacucho y Alvear, en plena Recoleta, recaían varias denuncias por venta de estupefacientes, proxenetismo y trata de personas.
En el reconocido local de oferta sexual encubierta, había siete mujeres; cinco argentinas, una colombiana y otra paraguaya, trabajando con su cuerpo para dejarle la mitad de su dinero a los dueños del prostíbulo. Cambiándose de ropa en los baños o el pasillo para subirse rápido al caño de «pool dance» con el propósito de satisfacer el deseo morboso de un nuevo cliente turista o argentino. En una noche clásica en el prostíbulo vip Black: las chicas bailan y los chicos se divierten. Y pagan copas, y luego encuentros íntimos.
Esta vez el amparo de un juez contencioso no fue suficiente, nuevamente se identifica en Black la desvirtuación de rubro. “El local amparado judicialmente para que funcione como restaurante y bar, en realidad funciona como local Clase A, es decir con alternadoras o comúnmente llamadas coperas; las mismas que deben dejar el 50% del pase al dueño”, explica Juan José Gómez Centurión, director ejecutivo de la AGC, quien también cerrara definitivamente el conocido local Madaho’s.
El local además no contaba con el plan de evacuación vigente, es decir, un riesgo de seguridad ante un principio de incendio. Nuevamente Black es Clausurado, ya en el 2013 la AGC se había revocado su habilitación.
Con un allanamiento ordenado por el Juzgado Nacional de Instruccion Criminal N| 5 se hicieron presentes los funcionarios de la AGC junto a efectivos del Departamento de Inteligencia contra el Crimen Organizado de la Policía Federal, la AFIP, la Dirección de Migraciones, y el programa de rescate de víctimas de trata.
Luego del procedimiento realizado por los agentes policiales, la AGC clausura y desaloja el establecimiento, la Justicia ahora deberá investigar y definir si allí había conductas criminales detectadas.
“El combate al proxenetismo es la herramienta más efectiva para luchar contra la trata de personas. La política de esta agencia es una tolerancia cero al proxenetismo”, indica Gómez Centurión.
En los últimos dos años, la AGC lleva clausurados más de 150 bares y whiskerías que utilizan este tipo de pantalla comercial para encubrir el delito aberrante de la trata de personas, y lleva dado de baja más de 45 habilitaciones de locales que desvirtuaban la actividad comercial, es decir, estaban habilitados como Locales Clase C, bar o wisquerías, y en realidad encubrían la actividad de prostitución regenteada (las mujeres dejan el 50% de la consumición de las copas con los clientes a los dueños del local).
Hoy el prostíbulo Vip Black está clausurado una vez más, esperemos que sea la definitiva. Sin clientes, ni proxenetas no hay trata.