Ahora que el juicio que se le sigue a Lázaro Báez y a los otros imputados por supuestas maniobras de lavado de dinero se tramita en un tribunal oral, los grandes medios que durante tanto tiempo le dedicaron páginas y páginas no le prestan atención. Posiblemente, porque no quedan bien parados. Todo lo contrario.
El miércoles declaró en el juicio oral el financista Federico Elaskar, el ex dueño de la financiera SGI, que fue supuestamente comprada por el empresario patagónico. Elaskar dijo antes los jueces que era licenciado en finanzas y que había nacido en el seno de una familia de empresarios, dueños de varias compañías y que esa era el origen de su fortuna y de la misma financiera. Aseguró que gracias al esfuerzo de tres generaciones llegaron a tener 11 mil empleados y que en el último año de vida de su padre llegaron a facturar 70 millones de dólares.
Pero después del relato de la historia familiar, llegó la parte más explosiva. “A mí, Luis Barrionuevo y Jorge Lanata me llenaron la cabeza diciéndome que Lázaro Báez me quería matar. Y como yo creía que Báez me debía cuatro millones de dólares, pensé que era cierto que me quería matar. Yo tenía 25 años y acepté decir en televisión lo que ellos me dijeron que dijera. Fue una operación política contra el gobierno de Cristina, porque querían instalar que el dinero era del kirchnerismo”, dijo en su declaración.
Hagamos historia. Elaskar había dicho en un programa de Jorge Lanata por Canal 13 que la financiera se la había quitado Báez para lavar dinero de la supuesta corrupción K, aunque luego se desdijo. El contacto para hacer las entrevistas había sido el periodista de TN y Clarín Nicolás Wiñazki.
“A mí, Luis Barrionuevo y Jorge Lanata me llenaron la cabeza diciéndome que Lázaro Báez me quería matar.»
“Mi padre no tenía un cueva, como dijo el señor Santoro, Daniel Santoro del diario Clarín. Así como tampoco se alojó en el Hotel Faena, como publicó Santoro. Puede parecer un detalle menor, pero como dijo el señor Rossi (el ex marido de Ileana Calabró), la prensa tergiversó todo”, agregó el financista.
Dijo que Santoro le había pedido una entrevista y que cómo se negó publicó en el diario que el padre de Elaskar se había ahorcado en el hotel Faena porque él lo había estafado. “Lejos de la verdad está eso. Mi padre se ahorcó en la Clínica Abril por un enfermedad neurodegenerativa. Y yo tuve que bajarlo”, afirmó.
En la declaración también apuntó contra el juez federal Sebastián Casanello, cuandodijo que no había podido defenderse durante la instrucción y que estuvo esperando durante seis años para poder declarar con la libertad de poder decir todo lo que tenía para defenderse. Dijo que no se tuvieron en cuenta las pruebas que se presentaron para acreditar su fortuna y que cuando su abogado defensor, Ubeira, recusó al magistrado, este lo denunció ante el Colegio de Abogados. Dijo también que tuvo dos intentos de suicidio durante estos años. “José no puedo más con esto yo”, declaró. “Sino fuera por José, a quien hoy consideró más que mi defensor, no estaría acá”, agregó.
Después de relatar que recibe medicación diaria para luchar contra una enfermedad hereditaria que afectó a su padre y a una tía que se quiso quemar viva, para no caer en tendencias suicidas, volvió a referirse a las 300 empresas que trabajaban con la compañía de su padre. Clarín, Papel Prensa, Cablevisión, Mercedes Benz, Acindar, Aluar, Bonafide, Arcor, IBM, recitó entre otras 20 empresas de primera línea. Al referirse a SGI, la financiera, rechazó que la llamaran La Rosadita. “Yo creé todo en SGI, desde el logo y el color”, indicó y agregó que la diseñó en el año 2006 y que comenzó un año más tarde, con la intención de que se convirtiera en un banco. Calificó a Daniel Pérez Gadín (ex contador de Báez) y César Fernández (luego titular de la financiera) como piratas y ladrones. Aseguró que su padre le dio un millón de dólares para comenzar con las operaciones, a través de una caución que utilizó para pedir un préstamo.
Dijo que Fernández y Pérez Gadín, a través de la firma Helvetic, terminaron apretando a todo el mundo cuando entraron en SGI y lo terminaron echando a patadas en el traste. Dijo además, que antes de la venta, cuando estuvo a cargo de la financiera no hubo un centavo que se moviera por fuera de la ley, aunque admitió que su padre se había mandado “sus mocos”.
Aseguró que los dos nombrados lo usaron y estafaron y jugaron con el miedo de un chico de 25 años, que es la edad que tenía cuando comenzó la historia. “Esta no es gente mala, es mala gente que es distinto.Muy mala gente. Porque ir a apretar a un chico de 25 años diciendo que le van a matar a la novia, que dicho sea de paso yo perdí un embarazo con ella, de tres meses, porque no paraban de hostigarme. Eso es de cobarde. Y usted sabe que és así y yo espero que se pudra en la cárcel”, dijo mientras miraba a Pérez Gadín.
«Niego categóricamente que SGI haya negociado con dinero ilícito dudoso durante mi mandato. No puedo responder por el presidente de facto que asume en la última quincena de enero de 2011, porque en los papeles todavía me hacían figurar a mí pero las decisiones las tomaba Fernández y yo ya negociaba mi salida», en referencia a Fernández.
«Vinieron Fariña (por el arrepentido Leonardo Fariña) y Pérez Gadín y el dinero pudo haber sido de ellos o de Báez, éramos privados. Báez era un desconocido en ese momento para mí, tuve que entrar en Google y buscar quién era», aseguró acerca del momento en que vendió la financiera en 9 millones de dólares.
“Me estafaron y yo reaccioné. Y no es que hice algo que estuvo mal. Yo temía por mi vida. Si a mí me decían vos tenés que decir que estás de novio con el rinoceronte del zoológico de la ciudad de Buenos Aires, me ponía con todo el zoológico de novio. Ni más ni menos. Porque cuando el creador del pacto de Olivos, entre Menem y Alfonsín, te dice Lázaro Báez te va a matar. Hablá porque te mata pibe. Bueno pongánse en mi lugar”, dijo en referencia a la nota que le dio a Lanata y al gremialista Luis Barrionuevo como el mensajero.
Al referirse a Pérez Gadín agregó: “Ellos venían y apretaban en nombre de Lázaro Báez. Yo tenía 25 años. Hoy me encantaría volver la historia atrás”. Aseguró que cuando Pérez Gadín ingresó en el directorio de SGI se encendió un puro y mientras tiraba el humo le dijo que sus clientes eran peores que los colombianos.
“Yo no conozco a los Báez. No me interesa conocerlos. No tengo ningún inconveniente con ellos, en definitiva. Pero quiero mi plata. Tal es así que hubo una mediación. En donde obviamente me veo obligado a llamar a los Báez, porque los exhortos que vinieron de afuera dicen que los beneficiarios de Helvetic son los hijos de Báez”, agregó.
“Me vi obligado a vender. Y cuando ya se empezaron a meter con lo que yo quería que no era el dinero, porque el dinero pasó a un segundo plano cuando la gente que uno quiere está en primer plano”, dijo Elaskar terminó cediendo la financiera a Pérez Gadín, aunque asegura que no le pagaron lo prometido.
«Esta gente tiene un gran problema, son ignorantes y son impunes. Cómo se creyeron que iban a estar todo el tiempo y podían salir y apretar por nombre de terceros», agregó. “O me das la empresa o te hago mierda el lunes, textualmente”, dijo que le dijeron. Y aseguró que después de la venta se fue del país.
“Yo no lo conozco a Báez, no la conozco a Cristina.»
La parte más explosiva de su declaración llegó al final. “Yo no lo conozco a Báez, no la conozco a Cristina. Acá la Sala II, con todo el respeto que les tengo a los magistrados, porque si hay algo que no me gusta y no lo digo para quedar bien, es el trato que se le da a la Justicia. Como hace el señor Lanata, Tortuga Casanello, ¿qué es esa falta de respeto? Yo estoy a favor de la libertad de prensa, no se equivoquen, pero que se piensa que es fashion, por decir eso. Después predispone al juez a que me procese a mí. Porque claramente el doctor Casanello tiene sus amigos y Lanata muestra una cosa y uno es un ser humano también y yo tengo que entenderlo al doctor Casanello. ¿Che qué hacés que están todos libres?”, explicó para referirse a las presiones, en especial del Grupo Clarín, sobre el juez cuando se instruía la causa.
“A Cristina Fernández nadie la nombró. Y el doctor, la verdad, yo leí el fallo con la falta de mérito y me pareció fantástico. Muy bien fundamentado. Pero yo les puedo apostar que el doctor Irurzun ahora la va a procesar. Porqué el que planteó la cuestión de la asociación ilícita fue él”, añadió. La falta de mérito que dispuso Casanello sobre la ex presidenta debe ser confirmada o rechazada por la Cámara.
Y volvió sobre el supuesto papel del sindicalista Luis Barrionuevo. “Pibe te van a matar. Hablé con Lázaro te van a matar”, aseguró que le dijo. Y que el sindicalista, en una entrevista con Alejandro Fantino, declaró que “a Elaskar lo tuve cinco meses yo. Había que hacerlo hablar al pibe”.
Elaskar admitió que había conocido a Barrionuevo por intermedio de un catamarqueño, Solano Navarro, a quien había conocido por un emprendimiento minero. “Yo entré como un caballo, porque no conozco de política”, indicó en referencia al reportaje que le dio a Lanata para involucrar al kirchnerismo. “Una entrevista guionada básicamente, porque a Rossi me lo mencionan allí. Y yo con la calentura que tenía nombrame a cualquiera que lo prendo fuego”, reconoció.Dijo también que después de la entrevista le pidió a Wiñazki que no se publicara y que le contestó que era mejor por su seguridad. “Juegan con el miedo de uno. Y el miedo te paraliza o te hace actuar”.
Dijo que se trató de una operación política para hacer caer al gobierno de Cristina Kirchner y que se vinculó con Wiñazki, para llegar a Lanata, a través del abogado de Luis Barrionuevo y que en su estudio tuvieron la primera reunión. Elaskar aseguró que actuó por venganza y que lo que buscaba era recuperar la empresa que Fernández y Pérez Gadín le habían sacado. Del contador dijo además que hasta le robó un televisor de 80 pulgadas.