La película “El túnel de los huesos” del director Nacho Garassino determinó que el sobreviviente de la Masacre del Pabellón 7 de la cárcel de Villa Devoto, Hugo Cardozo, y la abogada Claudia Cesaroni se pusieran en contacto e iniciaran un recorrido que les permitiera hacer justicia.
La masacre refiere a la revuelta y posterior represión de los hechos ocurridos el 14 de marzo de 1978 en la pabellón 7 del penal de Devoto, en plena dictadura, que terminó con la muerte de al menos 65 personas, aunque investigadores sostienen que fueron 74 y un sobreviviente afirma que fueron más de 100.
Durante la masacre, el servicio penitenciario impidió el ingreso de los bomberos que llegaron al edificio para sofocar el incendio, argumentando que la situación ya había sido normalizada.
Estrenada en 2011, la película -protagonizada por Raúl Taibo– cuenta la historia real de un grupo de presos que en 1991 logró fugarse de la cárcel de Villa Devoto a través de un túnel que desembocó en las calles de ese barrio.
Huesos en un pasadizo
Durante la construcción de ese pasadizo subterráneo, los presos se toparon con una gran cantidad de huesos humanos, y pensaron que se trataban de restos de presos políticos que habían sido desaparecidos durante la última dictadura militar.
En el filme, los presos se comprometen ante los muertos a develar que están allí, en los subsuelos del penal, y mediante un ritual, les piden “permiso” a sus almas para seguir con la construcción del túnel y concretar la fuga.
Al lograrlo, el personaje interpretado por Taibo, contacta a un periodista, que en la vida real es Ricardo Ragendorfer, y le cuenta la historia de la fuga y la ubicación de los restos humanos en la cárcel.
Al ver la película, Cardozo se puso en contacto con Garassino y le contó, como sobreviviente, que esos huesos podían pertenecer a las víctimas de la masacre, algo que se deja trascender en la obra.
Garassino le pasó a Cesaroni el contacto de Hugo y con la abogada comenzaron un trabajo para visibilizar el caso y lograr la reapertura de la causa.
La causa
Por su parte, Ragendorfer declaró ante el juez Daniel Rafecas la ubicación del lugar en el cual se cree que están depositados los huesos y la querella le solicitó al magistrado una geolocalización para poder identificarlos, una medida que aún está pendiente.
Semanas atrás, el juez Rafecas dispuso la elevación a juicio de este caso, tras declarar el cierre de la instrucción para que se realice un juicio oral.
Serán juzgados el ex prefecto Juan Carlos Ruiz, quien fue Jefe de la Unidad Penitenciaria y el ex alcaide mayor Horacio Martín Galíndez que se desempeñaba como Jefe de la División Seguridad Interna de la Unidad.
También van a juicio el ex alcaide Carlos Aníbal Sauvage, a cargo al momento de los hechos de la Sección Requisa de la cárcel y el ex ayudante Gregorio Bernado Zerda, que era uno de los celadores del pabellón.
El asaltante de camiones blindados Hugo “La garza” Sosa integró ese grupo de presos que se fugaron de Villa Devoto y también declaró ante Rafecas sobre el lugar en el cual reposan esos huesos.
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“El Túnel de los Huesos” no es la única manifestación artística que se remite a la masacre de Villa Devoto. El Indio Solari es autor de dos canciones sobre el tema.
La primera es “Toxi Taxi”, donde se relatan los padecimientos de Luis María “preso cuando me decía/ cada día veo menos/ cada día veo menos/ menos mal/”.
Se trata de un detenido que por una causa de drogas estaba preso en Villa Devoto a disposición del Poder Ejecutivo y padeció la represión del 14 de marzo de 1978 en el Pabellón 7.
La otra es la canción que grabó hace algunos años y tituló “Pabellón Séptimo (relato de Horacio)”, y en alguna medida fue parte de la campaña de visibilización de la causa.
“Cuando la escuché, un poco me enojé. Pensaba qué tiene que contar este tipo de lo que pasamos nosotros, pero se me pasó y lo entendí. Es un artista y con esa canción nos ayudó mucho a que se difundiera nuestra historia”, apuntó Cardozo.