María Servini de Cubría está de vuelta. La más veterana de los jueces federales de la ciudad de Buenos Aires, de bajo perfil durante los últimos tiempos, muy vinculada al poder durante el menemismo, recuperó el protagonismo mediático con un par de casos. Un expediente es el que investiga los crímenes del franquismo y que la llevó de gira por España hace poco más de un mes. El otro es la causa del Sedronar por la que acaba de procesar al odontólogo José Ramón Granero como cómplice de haber introducido miles de kilos de efedrina al país, que luego terminaron en manos de narcotraficantes. Claro está que el fallo cayó pésimo enla Casa Rosada: Granero había sido designado director de Enarsa en enero último.