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El psicólogo habría cometido los abusos durante su horario de trabajo en el Ministerio

Por Rafael Saralegui.

Era habitual que Marcelo González Calderón, el psicólogo de 54 años y supuesto violador serial detenido durante la madrugada del domingo, saliera durante su horario de trabajo con destino desconocido. González Calderón trabajaba en la Dirección Nacional de Readaptación Social que depende de la Subsecretaría de Gestión Penitenciaria del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. «Nadie sabe qué hace o adonde va», decían sus compañeros, cuando preguntaban por las reiteradas ausencias del psicólogo. Esos vacíos comenzaron a tomar cuerpo en las últimas horas: es probable que los supuestos abusos por los que está siendo investigado González Calderón fueran cometidos durante su horario de trabajo.

González Calderón trabajaba en la Casa de Readaptación Social, situada en el barrio de Constitución, en Salta 2007, donde tenía que cumplir con su horario de trabajo entre las 10 y las 17, según informaron fuentes del Ministerio a CyR. A la Casa concurren los presos que cumplieron su condena y se entrevistan con psicólogos, psiquitras y trabajadores sociales que los asisten para volver a la vida cotidiana después de su paso tras las rejas.

Durante la tarde del lunes su hizo un allanamiento en su casa.

Durante la tarde del lunes su hizo un allanamiento en su casa.

El psicólogo salía de allí habitualmente para concurrir a las cárceles federales, donde tenía que entrevistar a reclusos que estaban por recuperar su libertad. Pero los siete casos de violaciones por los que está siendo investigado González Calderón ocurrieron en momentos en que debería haber estado trabajando, ya que se produjeron en la franja horaria del mediodía. «Puede haber sido también algún que se quedó en su casa y pidió médico por enfermedad», dijo una fuente consultada por CyR.

Según la reconstrucción que realizaron los investigadores, el abusador se presentaba en los locales comerciales donde ocurrieron los hechos cerca de las 12, hablaba con la empleada y volvía una o dos horas después armado, cuando no había clientes en el negocio y atacaba a la víctima. La mayoría de los hechos ocurrieron en los barrios de Villa Urquiza, Villa del Parque, Palermo y Caballito.

Esta mañana, el secretario de Seguridad, Sergio Berni, informó en una conferencia de prensa que González Calderón había sido imputado en seis casos de abusos y aseguró que estaba con licencia psiquiátrica en el Ministerio. Sin embargo, las fuentes consultadas por CyR dijeron que en realidad se encontraba de vacaciones, que le corrspondían 30 días y que estaban a punto de finalizar en los próximos días. «No pidió licencia psiquiátrica, no es cierto», dijo una fuente del Ministerio a CyR.

Además las denuncias de los abuso se comenzaron a recibir durante el mes de mayo y se prolongaron hasta agosto. El último caso fue el 22 de agosto. La víctima del ataque de ese día fue quien reconoció a González Calderón en la madrugada del último domingo, cuando hacía la fila para ingresar en un boliche de la zona de Palermo, donde se baila salsa y merengue.

Hasta ahora González Calderón fue indagado sólo por ese hecho, del que se declaró inocente. Sin embargo en el allanamiento que se realizó en su domicilio se encontraron pertenencias de las víctimas y una huella dactilar suya fue encontrada en el local donde se produjo el ataque sexual el 22 de agosto.

El psicólogo inició sus tareas en el Ministerio como integrantes del Cuerpo Interdisciplinario de Violencia Familiar, creado por decreto en 1996 y en 2010 pasó al Programa de las Víctimas contra las Violencias, a cargo de Eva Giberti, quien tiempo después decidió desplazarlo de su cargo.

“Lo mandaron a fines del 2010 para trabajar en el Programa ‘Víctimas contra las Violencias’ junto a otras 13 personas. Estuvo a prueba unos días y me di cuenta que no servía. Quería trabajar cuatro horas porque decía que no tenía más tiempo y acá se necesita gente dispuesta a trabajar”, contó una fuente de ese Ministerio, que trabaja en ese programa. El psicólgo no se quedó sin empleo, consiguió ubicarse en la Dirección de Readaptación Social, donde tenía que presentarse todos los días entre las 10 y las 17. Sus compañeros recuerdan que muchas veces se iba sin dar precisiones.


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