El juicio oral al sindicalista Juan José Zanola, ex líder histórico del gremio La Bancaria, ya despierta intrigas y rencores en los tribunales de Comodoro Py. Hasta el momento todos los tribunales orales donde podría desarrollarse el debate por la mafia de los medicamentos adulterados lo rechazan y el tema deberá definirse en la Cámara de Casación Penal.

La semana pasada el juez federal Norberto Oyarbide decidió, finalmente, girar el expediente a la instancia oral. Cumplió así un deseo de Zanola, quien buscaba evitar a toda costa estar bajo su órbita. Cuando salió de la cárcel de Ezeiza, por decisión de la Cámara Federal, acusó al juez de haberlo intentado coimear para obtener la excarcelación y dijo que éste le enviaba un emisario para negociar el soborno. Asunto que desde hace meses permanece inmóvil en el Consejo de la Magistratura.

Zanola estuvo dos años preso por esta causa.

El debate tendría tres escenarios posibles. Son los tribunales orales en los cuales se desarrollan expedientes vinculados:  el número 3 (Guillermo Gordo, Gerardo Larrambebere y Miguel Pons) donde tramita el caso de las escuchas telefónicas a un asesor de Jerónimo “Momo” Venegas que habla de manejos irregulares en La Bancaria, el número 2 (Jorge Tassara, Jorge Gorini y Rodrigo Jiménez Uriburu) donde existen otros expedientes menores  relacionados con Zanola y el número 5 (Oscar Hergott, Daniel Obligado y Adriana Pallotti) que tiene el caso de Néstor Lorenzo y su relación con la mafia de la efedrina que devino en el asesinato de tres empresarios en General Rodríguez en 2007.

El número 2 parece un destino difícil ya que allí tendrá lugar en 2014 el juicio por la tragedia ferroviaria de la estación Once. En tanto, los defensores de Zanola entienden que el tribunal más idóneo sería el 3 ya que su causa es la de mayor antigüedad y es donde deberían confluir todos los expedientes. El debate tendrá, por lo menos, cien testigos.

Zanola está acusado de defraudación al Estado y de ser el jefe de una asociación ilícita estructurada desde el Policlínico Bancario para comercializar drogas adulteradas, entre ellas fármacos necesarios para tratamientos oncológicos. Estuvo dos años preso y quedó en libertad bajo fianza.

Más allá de que Zanola ha repetido que es ajeno a las maniobras por las que será enjuiciado, el sólo hecho de que un sindicalista histórico como él termine sentándose en el banco de los acusados ha puesto nervioso a algunos de sus colegas, que temen poder terminar de la misma manera.

En la causa también se encuentra acusada su esposa, Paula Aballay, ex directora del policlínico bancario, otros directivos de la obra social de los bancarios y el ex superintendente de Servicios de Saludos del Ministerio de Salud, Héctor Capaccioli, entre otros imputados.