| Alfredo Meade

El juez de la picada de Haedo tiene una hija muerta en un accidente de tránsito

Para el juez el conductor que atropelló a un grupo de chicos no tenía intención de matar. Sostuvo que debe resolver aplicando la ley honradamente. Le quieren iniciar juicio político.

El juez Alfredo Meade, quien excarceló al joven acusado de matar a un chico al embestirlo con su auto en Haedo, reveló que una hija suya murió en un accidente de tránsito y agregó que al tomar una resolución judicial en un episodio similar debe dejar de lado los sentimientos y «aplicar la ley honradamente».

El magistrado reiteró que tomó esa resolución por entender que en este caso «ni la representación de matar estaba presente ni tampoco estaba en la voluntad de quien manejaba el matar a nadie», al tiempo que se mostró molesto porque le iniciaron un pedido de juicio político, ya que, consideró, eso condicionará a los jueces que deben revisar su fallo, que fue apelado por la fiscalía.

«El dolor que la familia tiene es legítimo, pero yo no puedo decidir conforme a una cuestión afectiva… también afectivamente yo he perdido una hija en un accidente de tránsito. Justo el día que firmé la resolución se cumplía el aniversario de la muerte de una hija, el 13 de abril, pero cuando a uno lo eligen como juez tiene que dejar los sentimientos aparte y aplicar la ley honradamente, nada más», contó Meade a radio Vorterix.

El juez detalló que su hija falleció el 13 de abril de 2006 cuando viajaba en ómnibus por la ruta nacional 34, rumbo a Salta, accidente en el que murieron otras dos personas y hubo responsables por homicidio culposo.

Sobre el caso Cuevas (19), acusado del homicidio culposo de Lautaro Juárez (16) y las graves lesiones sufridas por otros dos jóvenes, el juez explicó que «la legislación establece que cuando un conductor tiene una incorrección en el manejo tiene una forma de homicidio culposo que no es la grave; cuando lo hace con irresponsabilidad, por ejemplo corriendo una picada y con una audacia total, tiene una forma culposa más grave, con prisión efectiva de hasta cinco años, que es el caso de ese muchacho, y, luego, está el homicidio clásico».

«De la lectura de elementos del expediente, en la que destaco la sinceridad con la que los testigos se expresaron sobre un espantoso accidente de tránsito, entendí que ni la representación de matar está presente ni tampoco estaba la voluntad de quien manejaba el matar a nadie, por eso está en la forma más grave de la forma culposa», añadió.

Y resaltó: «En la interpretación que me tocó hacer con los elementos que ese día tenía para decidir es que no advertí el dolo de matar, eso no impide que mi superior, o el tribunal o casación lo vea así, yo decidí de acuerdo a mi conciencia».

El magistrado aclaró que decidió efectuar declaraciones periodísticas respecto a su resolución al enterarse de que le pidieron un juicio político.

«Los jueces no estamos para que nos aplaudan, estamos para hacer cumplir la ley de acuerdo a nuestra legítima interpretación.

Está bien que la comunidad, a través de los medios, opine como le parezca, pero cuando ya la cuestión toma el nivel que ha tomado, ya no pienso en mí sino en mis colegas, en cómo se sienten ellos para decidir (sobre la apelación fiscal), ya que están sujetos a un escarnio mediático y a una solicitud de juicio político. Esto modifica el ánimo, los jueces no son de acero inoxidable, son personas que tratan de aplicar la ley», concluyó.

El lunes, el juez Meade ordenó liberar a Cuevas al considerar que cometió un delito sin intención y luego ayudó a las víctimas, a pesar de que el fiscal de la causa, Alejandro Jons, lo habí­a acusado de «homicidio simple con dolo eventual».

El hecho ocurrió el 5 de este mes cuando el Nissan Tiida color champagne del padre de Cuevas transitaba por Rivadavia, a la altura de la calle Maipú, en Haedo, se salió de la avenida y atropelló a jóvenes que caminaban por la vereda de la mano contraria.


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